Cap. 3 ¿ Y si le amo ?

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Después de aquella escapada con Alan en la que todo eran besos, abrazos y caricias, me pidió otra a la semana siguiente y yo, sin pensarmelo dos veces, acepté ¿ Quién no aceptaría pasar un par de horas con la persona que tanto te gusta ? Llegó el momento de saltarme las clases otra vez, y como bien me dijo por la noche, ahí me estaba esperando, en una calle detrás de donde nos dejaban nuestros respectivos autobuses que nos traían al instituto. Muchos nervios, eso es lo que sentía desde la noche anterior, que iban aumentando a medida que se acercaba el momento de estar con él, y dados de la mano, recorrimos el trayecto desde aquella urbanización hasta un parque bastante grande rodeado de árboles y atravesado por un rio.

Cuando llegó el momento de cruzar el puente para pasar al otro lado del parque, Alan me dio un empujoncito hacia el rio para intentar asustarme, en el que perdí el equilibrio y casi me caigo, pero él, sabiendo que eso me iba a pasar, me cogió de la cintura, me dio un pequeño beso y una palmadita en el trasero y me dijo con su perfecta sonrisa "  Buenos días mi pequeña patosilla ". En ese momento, acompañados del sonido de agua pasar bajo nuestros pies, la vocecilla de los pequeños pajarillos que empezaban a cantar alegremente y la fresca brisa mañanera, nos dimos un bonito beso. Así comenzó la bonita escapada con Alan, entre besos y sonrisas bajo un árbol hasta que en un momento, él se puso de pie y tenía el culo del pantalón con plumas a lo que le dije " Se te ve la pluma "  con una sonrisa picarona y un guiño de ojos. Alan se rio y después de varios intentos de quitarse las plumas, me pidió que se las quitase yo, así que me puse a darle suaves golpecitos en su trasero y me picó diciendo que no tenía fuerzas, y me dispuse a darle más fuerte. Él se giró rápidamente y me golpeó el culo, e inmediatamente me presionó contra él, con sus manos posadas en mi trasero atrayendome hacía él y recorriendome el cuello a besos hasta llegar a la boca y vuelta al cuello.

Nos empezamos a dar golpes en en culo como en una especie de concurso a ver quién daba más fuerte y al final acabamos haciendonos llaves, en las que yo siempre quedaba atrapada entre sus fuertes brazos y no me soltaba hasta que le besara.

Otra gran mañana con el chico que tanto quería, no podía ser real, creo que me estaba empezando a enamorar, y eso era malo... muy malo.

Historia de amor caducada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora