Llega al mundo una dulce niña, su madre nunca deseo tenerla pero la ama despues de todo, el padre de la pequeña no lo sabe, su abuela se entera de su existencia por lo que manda a asesinarla para que su legado no sea arruinado, pero no lo consigue y...
Narra yo: Aome: ¡¡¡Ni creas que te dejaremos hacerlo!!!
Sango: ¡¡¡Tendrás que pasar sobre nosotras!!!
Aome lanzo una de sus flechas y Sango su Hiraikotsu, ambos ataques fueron esquivados por Majime con mucha facilidad, con una gran rapidez se acercó a cada mujer para luego con dos dedos juntos ponerlos en sus frentes y con un pequeño brillo paralizarlas haciendo que calleran inconvenientes.
Majime: Eso fue fácil, ahora a buscar a esa tal Sayuri.
Se fue a buscar a Sayuri, mientras avanzaba algunos aldeanos trataban de hacerle frente, obviamente no lo lograban, Majime solo los paralizada como lo hizo con Aome y Sango o los lastimaba un poco con sus garras.
Narra InuYasha: Miroku y yo tuvimos que irnos de la aldea para ir a ayudar a otra, en esta habían tres espíritus malignos en diferentes casas, fue fácil terminar con ellos, Miroku como siempre los estafo, esta vez pidió más cosas de lo normal pero según el pidió unas cosas para mí, supuestamente para ayudarme con Sayuri, le doy gracias por ello, pero puedo conseguir lo que necesito para ella sin la necesidad de estafar como él lo hace, en fin solo por esta vez, mientras regresábamos a nuestro hogar, en el camino nos topamos con uno de los aldeanos de la aldea en un caballo, por su cara diría que algo a pasado y no se porque pero siento un mal presentimiento.
???: ¡¡¡Al fin los encuentro!!!
Miroku: ¿Qué sucede?
???: La anciana Kaede me pidió que les avisará que un demonio está llegando a la aldea y talvez tenga malas intenciones.
Sin más deje caer todas las casas que tenía en mano y me fui corriendo lo más rápido que pude, tengo que llegar lo más pronto posible, no quiero que le pase nada a nadie, sobre todo a mi pequeña Sayuri.
Narra yo: La aldea estaba en mal estado, la mayoría de los aldeanos estaban inconscientes o lastimados, las casas algo destruidas, Kaede estaba con Sayuri y los hijos de Sango y Miroku, las tres niñas estaban abrazadas entre ellas y el bebé estaba recostado enfrente de ellas llorando, Kaede puso un campo de energía, temía que eso no funcionará, Majime llegó a la choza donde se encontraban.
Majime: Sacerdotisa, si cree que esto me detendrá está muy equivocada.
Dijo fuera de la choza, saco un arma que consistían en unas dagas atadas con unas cadenas.
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Las lanzó envolviendo la choza por completo, jalo de las cadenas, al hacerlo la choza se destruyo, Kaede se puso enfrente de los niños con su arco, lista para atacar.
Kaede: ¡¡¡Largo!!!
Majime: Apartese, ya perdí demasiado tiempo.
Kaede: ¿Que quieres?
Majime: Solo vengo a matar a Sayuri, ahora déjeme cumplir mi deber.
