En la cima de grandes edificios se veía pasar veloz una pequeña luz, dando diversas vueltas en señal de juego, quien estuviese atento al intenso brillo de esta lo notaria al instante, sin embargo, las calles de la ciudad eran tan iluminadas que opacaban el brillo de la interactiva luz.
Entre pequeñas ideas y vueltas, esta luz dio una vuelta pero hacia abajo entrando a un callejón, al frente se veía a la multitud pasar, amigos conversar, parejas enamoradas y familias festejando. Fue así como la luz empezó a ir hacia el frente, y al cruzar el término del callejón, en vez de una luminosa luz, surgió una niña de largo cabello negro, ojos cafés grandes, piel pálida con subtonos rosas, vistiendo un largo vestido blanco y totalmente descalza.
Intentando no chocar con nadie, se unió rápido a la multitud mientras reiteradas veces veía de lado a lado, de arriba a abajo, todo lo que se le hacía interesante, ese brillo de las luces se reflejaban perfectamente en sus grandes ojos animados.
Al parecer su atención se centró más en ver curiosos objetos y no en tener cuidado al caminar, dicho y hecho, la niña choco con un individuo de terno blanco con ligeros tonos grises, de cabello castaño y estatura blanca quien al fuerte impacto sostuvo a la pequeña del brazo, ambos se miraron mostrando un gesto de familiaridad.
- Aquí estas. – Dijo con voz grave el castaño. Y luego desaparecer juntos.
Tan pronto desaparecieron, reaparecieron en un campo enorme lleno de girasoles con una espectacular vista al cielo estrellado. El sujeto aun sostenía el brazo de la pequeña, así que deslizo la mano hacia la de está, sosteniendo sus dedos paso a deslizar el pie derecho hacia atrás, bajando la rodilla hasta chocar con el suelo y así juntar ligeramente los dedos de la pequeña a la frente del castaño.
Dio su mayor respeto a la niña.
- Perdone mi insolencia, no quise asustarla. – Exclamo el castaño manteniendo su postura.
- Basta Leo, levántate. – Algo disgustada retiro su mano.
Leo al ver la reacción de la niña, volvió a su anterior postura, por un instante la observo de pies a cabeza y sin poder contenerse a pesar de que sabía quién era la niña dijo en un tono algo enojado.
- ¿Por qué escapo, sin informar a nadie?, este no es un lugar adecuado para usted, su ingenua perspectiva del mundo humano es errónea y podrá experimentarla si se queda aquí. Señorita...-! - Fue interrumpido por el grito de enfado de la niña.
- ¡NOO!.. ¡Yo seré quien marque mi propio destino!, tú deseo es ayudarme pero no volveré y si por mi desobediencia debe ser castigada entonces cumpliré mi condena aquí.. – Con voz firme y cabeza en alto pronuncio la pequeña.
El castaño suspiro sabiendo que no podría cambiar de parecer a la pequeña, obligarla no era una solución correcta, gracias a que estaba en deuda con está, aun así no fuese esa la razón su amistad interferirá con la orden que se le fue dada. Por lo tanto, con una ligera sonrisa este se volvió a arrodillar mientras iba sacando de su bolsillo un collar, cual llevaba un zafiro azul.
De a poco acerco el collar al cuello de está, y tan pronto fue puesto, desde la orilla del enorme campo el sol se iba asomando con lentitud alumbrando toda una bella vista.
La pequeña algo confundida por el repentino regalo, cual sintió con sus manos observando ese color azul que resaltaba más con el brillo del sol, vio cómo su amigo se apartaba de ella y prestaba su atención al amanecer, casi estando apunto de hablarle, él la interrumpió.
- Tu decisión es clara y no cambiara aun así le ruegue, respetare su postura y no se preocupe por algo castigo, supongo que ellos lo entenderán. Pero... prometo irme si solo promete no quitarse ese collar, a pesar de su pequeño tamaño es un gran protector, aquí no solo habitan humanos, por favor cuídese. – Con una última sonrisa, chasqueo los dedos desapareciendo.
Estando apunto de detenerlo la niña volvió a aparecer en aquella transitada calle, sin embargo ahora todo parecía estar más tranquilo, los carteles ya no eran lo más vistoso, la pequeña suspiro mirando su collar.
- Lo prometo.
Junto a la brisa del viento, camino, no sabia hacia donde iba, pero saber que podría encontrar en el camino la hacia tener curiosidad, miedo y adrenalina pura, sentimientos muy poco experimentados.
Sin saber que le deparaba el destino, se despidió del pasado y de su único amigo.
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The story of a MIRACLE
ActionUn milagro toma forma humana por voluntad propia, por curiosidad de saber como es la vida humana, desobedece una orden. Sin embargo, tal curiosidad se torna peligrosa al descubrir criaturas corruptas.