Carta tres

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Querida EunHee:

No sé cuanto tiempo de duelo necesite, sólo sé que aún estoy en ese momento. 

Me acostumbré mucho a ti y empiezo a extrañar cosas de ti. Sé que eres perfecta, mas no entiendo cómo dejas las heridas perfectas y necesarias.

El sol de hoy me hizo recordar el día en que te conocí. Recuerdo que yo iba caminando por el parque y tú llamaste mi atención. Estabas gritando muy preocupada hacia el tránsito de los autos, aunque sin hacer demasiado espectáculo. Me acerqué a ti y me explicaste que tu pequeña cachorra se fue corriendo y ahora estaba a media carretera. Los carros pasaban y tu cachorro estaba igual de asustado. 

Me gusta creer en el destino o en una deidad que no necesariamente es Dios pero que sí controla todo. Ese día esa deidad me ayudo a impresionarte: de repente la distancia entre los carros y nosotros dos era buena, así que corrí hacia tu cachorro y lo llevé de vuelta contigo. En agradecimiento me invitaste a tomar un helado contigo y desde ahí comenzamos a salir. 

Hoy, al recordar eso me dio nostalgia. Pero no te preocupes, que he sonreído en lugar de entristecer o llorar. Juro que ni yo lo esperaba.

Hoy, mi hermoso diamante, me hiciste una herida más pero esta no duele e incluso me gusta como luce. Quizá esté enloqueciendo, y eso podría explicar porque escribo cartas que no serán enviadas y por lo tanto no tienen razón de ser. 

 Con cariño, NamJoon. 


Para el amor de mi heridaWhere stories live. Discover now