Capítulo 5

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Fastidiado por la pequeña luz del foco en el centro de su habitación, Jimin abrió lentamente los ojos, ganas para levantarse o recostarse no tenía, su cuerpo lo sentía pesado.

Quedándose quieto en el medio de su cama, dirigió la vista una vez más al foco de su habitación y suspiro cansado, maldiciendo para sus adentros su mala suerte. Y es que por haberse quedado dormido sin apagar las luces la noche anterior, ahora no quería saber cuánto le vendría en el recibo de luz del nuevo mes.

Tal vez podía ser un tanto exagerado y extremista ese corto pensamiento, pero vamos, es Park Jimin.

Girándose para un costado de la cama, estiró un poco su brazo derecho  a la mesa de noche para tomar su celular y ver la hora tardía que debía ser.

Al encender su pantalla táctil con dos toques sobre la misma, lo comprobó, eran las 9:20 am.

A esa hora debía estar recibiendo los nuevos productos de cada martes, los cuales eran básicamente puros enlatados de conservas y uno que otro pedido de lo que hiciera falta en el sector de comida seleccionado para su renovación u reposición.

Posteriormente a eso, su trabajo consistía en verificar cada caja de entrega junto a Taehyung para ver si había algún producto dañado y que de ser el caso de que si, separarlo de los demás para después compartirlo en el descanso.

Pero aclarando claro, que solo si se trataba de un minoría, puesto que de ser paquetes enteros los dañados, lo que se hacía era presentar una queja a la empresa para un cambio u reembolso.

Luego de eso, algo más que solía hacer los días martes, era lo mismo de siempre, trabajar con mucho empeño y cariño para hacer sentir bien tanto a los clientes como a sus compañeros.

Se sentía realmente feliz haciéndolo, amaba de verdad con todo su corazón su trabajo.

Por tanto, una delgada lágrima se deslizó por su mejilla izquierda, lo había arruinado todo.

Una segunda lágrima se deslizó está vez por el lado derecho, todo había sido su culpa.

Al caer la tercera lágrima con más humedad sobre ambas mejillas, ya no pudo retenerlas más tiempo y partió en llanto cubriendo con ambos brazos su rostro lloroso.

Todavía podía recordar con claridad y mucho detalle cuando tras despertar de su segundo desmayo, Namjoon lo espero pacientemente para darle la horrible noticia de que el jefe en efecto, lo había despedido.

No le sorprendía que fuera de otro modo, lo veía venir, pero de todas formas, le dolía mucho saber que se había cumplido de verdad.

Hubiera sido incluso capaz de llorar ahí mismo para rogar que no lo echaran, pero la poca dignidad que aún le quedaba le decía que no debía hacerlo, su jefe no le iba a perdonar nunca la falta que había cometido.

Por un accidente, por un simple descuido, lo había perdido todo.

Y a pesar de haber destrozado también su celular en el accidente del piso mojado, Jungkook no le había vuelto recriminar nada y muy por el contrario a lo que solía ser, le había llevado mucha comida junto a Taehyung.

No lo entendía, había sido despedido por haber causado muchos destrozos de todo tipo en tan solo dos días, ¿Y ellos venían a premiarlo con comida y tratos bonitos? ¿Qué clase de burla o broma era esa?

Simplemente no lo entendía, ¿Cómo podían ser tan buenos y amables con el pese a ser un causa problema andante?

No merecía su amistad, no merecía su cariño, no merecía su trato tan lindo, no cuando el les mentía sobre toda su vida.

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