Capítulo 1

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El sonido de "Heat of the moment", de Asia, inundó toda la habitación. Era el despertador, indicando que ya eran las 7 de la mañana, hora de prepararse para ir a clase.

"Vas a llegar tarde, Dean". - Dijo Sam.

"Ya voy...". -Le contestó perezoso Dean.

Sam y Dean eran hermanos. Dean, el mayor. Tenía 16 años y estaba en Bachillerato. Sam era el pequeño, con sus 14 años no sólo era más alto que Dean, sino que también era más inteligente. Por eso, le habían adelantado a cuarto de la ESO.

"¿Emocionado por empezar en un colegio nuevo?".

- "Para nada, Sammy". - Respondió Dean, mientras se frotaba los ojos.

"Por lo menos van a ir un par de compañeros de mi antigua clase, espero que a alguno le toque conmigo". -

"Tranquilo, si no les toca en tu clase por lo menos conocerás a gente nueva". - Sam sabía que a su hermano no le costaba hablar y relacionarse con otras personas.

Mientras Sam ya había desayunado y estaba vestido, Dean todavía estaba eligiendo qué ponerse.

A pesar de las diferencias entre los hermanos, a ambos les gustaba llevar camisas de cuadros. Cosa que facilitaba bastante a la hora de elegir la ropa.

"Yo me voy yendo. Te veo después de las clases".

"Vale, ten cuidado Sammy". - Dijo Dean, mientras se vestía.

Sam puso los ojos en blanco, a veces su hermano era muy sobreprotector, pero era normal. Su madre había muerto cuando Sam era muy pequeño, en un incendio. Tras el incidente, su padre comenzó a beber y se convirtió en un borracho, que casi nunca aparecía por casa. Desde entonces, Dean siempre había estado ahí para cuidar de él.

Sam se había ido hacía rato, cuando Dean miró la hora. "¡Joder!". - Gritó, al ver que ya casi eran las 8. "Tengo que estar en clase a las 8 y media". - Murmuró mientras salía corriendo de casa, con la mochila en la mano.

Llegó justo a tiempo, cuando todo el mundo estaba entrando al instituto.

Se fijó en la cara de los chicos y chicas que pasaban por los pasillos. Algunos parecían muy animados, otros tristes. Había bastantes grupos, probablemente de amigos que llevaban tiempo en ese instituto o conocidos que venían de otros colegios.

Les llevaron a una sala enorme, llena de butacas, parecido a una sala de cine. Dean encontró a un par de compañeros suyos; Baltasar y Gabriel. Baltasar era de la altura de Dean, era rubio y siempre llevaba el pelo revuelto, a pesar de que era, como Dean le llamaba, "homogay" eran buenos amigos y había ayudado un par de veces a Dean con sus líos amorosos.

Gabriel, sin embargo, era bajito, también rubio y le encantaban los dulces, tenía una obsesión con ellos y siempre podías encontrar un par de piruletas en sus bolsillos. Él y Sam se llevaban bastante bien, aunque Gabriel tenía ya 18, pues había repido un par de veces.

"¡Hey! Dean-O". - Gritó Gabriel. -"Siéntate aquí".

Dean se sentó al lado de él. "¿Cuántas veces te tengo que decir que no me llames Dean-O, Gabe?". - "Oh, vamos. Sé que te encanta." - Le respondió, con una gran sonrisa. "¿Y tu hermano Sam? Pensamos que iba a venir contigo". -Dijo Baltasar, que estaba junto a Gabriel.

"Vendrá el año que viene".

Su clase no era muy grande, además, le tocó subir hasta la quinta planta del centro. "Genial". - Pensó. - "Voy a hacer bastante ejercicio aquí"

"Esto es estresante". - Pensó Dean.

Su clase tenía un techo extremadamente bajo y parecía demasiado estrecha, además, albergaba a unos 35 estudiantes, por lo que el aire resultaba asfixiante.

No le había tocado clase con ninguno de sus amigos y encima, había llegado tarde, por lo que todos ya habían elegido su mesa y a su compañero. "Podía haberme puesto con una tía buena". - Se lamentó Dean.

A pesar de sus lamentos, le tocó sentarse al fondo de la clase, con un chico muy peculiar.

Desde el momento en el que Dean se acercó a él para sentarse, le había estado mirando fijamente, lo cual ponía a Dean nervioso.

Tenía el pelo negro como el carbón, un par de ojos increíblemente azules y penetrantes, que contrastaban con el verde manzana de los de Dean; y unas ojeras bastante marcadas. "Parece un mapache". - Murmuró Dean cuando se fijó en ellas.

Aún no había llegado el tutor, así que Dean decidió presentarse. "Me llamo Dean, soy Aquario y me encanta disfrutar de las puestas de Sol y la música rock. ¿Y tú eres?".

Su compañero, en vez de contestar, se le quedó mirando con cabeza ladeada. "Me ha tocado el rarito de la clase." - Pensó Dean, mientras rodaba los ojos.

"Me llamo Castiel". - Respondió su compañero.

"¿Castiel? ¿Qué tipo de nombre es ese? ¿De ángel?". - Dijo riéndose Dean.

Castiel no le respondió, simplemente giró la cabeza y se puso a mirar a la pizarra.

"Tío, lo siento, no pretendía ofenderte, nunca había escuchado un nombre así. Perdona".

No volvieron a cruzar palabra en toda la mañana.

Hora del descanso.

Al salir de clase, lo primero que hizo Dean fue buscar a sus amigos. Necesitaba hablar con alguien, Castiel no le había vuelto a dirigir la palabra en toda la mañana y él no aguantaba tanto sin hablar.

Una vez salió a la calle, encontró bastante rápido a Gabriel y a Baltasar, quienes estaban con Charlie, una pelirroja increíblemente friki y que para Dean era como su hermana pequeña, y Jo, amiga desde la infancia y con la que Dean había tenido un par de líos, nada serio.

"¡DEAN!". - Gritó Charlie, al verle. - "¿Dónde te habías metido?". - Dijo mientras se lanzaba hacia él y le abrazaba.

"Hola Charlie". - Respondió Dean, devolviéndole el abrazo.

Los cinco estuvieron charlando sobre lo pequeñas que eran las clases, sus nuevos compañeros, sus tutores...

"Pues a mi me ha tocado el rarito, le pregunté su nombre y se molestó porque me reí un poco de él." - Dijo Dean, algo indignado.

"Como te pasas tío, seguro que no era para tanto. ¿Cómo se llama?" - Intervino Jo.

"Castiel, ángel del Señor." - Estalló en carcajadas Dean.

"¿Se llama Castiel?" - Preguntó Baltasar, intentando no reirse.

"¿Por qué dices lo del ángel, Dean-O?". - Dijo Gabriel, mientras sacaba una piruleta de su bolsillo derecho.

"No lo sé, a mi Castiel me suena a ángel... ¿No?". - Respondió Dean confuso.

La conversación acabó ahí, la multitud de gente volviendo dentro del instituto les indicó que ya era hora de volver a las clases.

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Éste es el primer capítulo de Teen!Destiel que escribo, espero que os guste y si tenéis alguna sugerencia o encontráis algún error comentad. ^.^ Gracias por leerlo.

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