corazonadas

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-¿Juan, hay algo que sea y solo sea lo que es?.- le dice Paula, que lleva el perfume Paula, un sítrico precioso y fresco. A Paula no le da miedo hablar cuando está con Juan, hasta a veces derrama todo lo que tiene encima, y no deja de sentir.

-La calle, el mundo.- Juan no tenia mucha idea, eran las ocho de la noche y estaban en la parada del 407, que no estaba llegando, y Paula le queria mostrar una arboleda en pleno otoño. Juan solo quria comer las bolas de papa que le hizo Paula, sabía que se dormiría en el bondi, y así lo hizo.

Paula lo agarró de la mano y lo miró dormir, nada parecido a algo maravilloso ni lunar. Tal vez solo sea él, pero a Paula le gustaria algo maravilloso y lunar, una arcilla que tocar para sentir mojados los dedos y ensuciarse la cara con su felvor y locura. Asique Paula se bajó del bondi y lo dejó durmiendo a Juan, que seguro que no le decia nada sobre la arboleda y se iba a comer todo porque nunca piensa en ella. Entonces se bajó en el medio de un campo y vagó hacia su cueva, donde tenia posters y LSD y musica de Jimmy Hendrix.

Fue tan feliz, que al otro día le contaron que Juan habia nuerto y ella ni se inmutó, porque deberia?

Juan estaba perdido en la arboleda.

para bailar la prosa se necesita una bella tucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora