cuestión de confiar

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-"¡Pablo!, ¡Pablo!".

Pablo estaba mirando al suelo, tenía la mirada pérdida. ¿Qué sucede?, ¿Por qué está con esa actitud? Necesito salir rápido de este apuro.

-¿Ah?- contestó Pablo.

-¿Qué hacemos, Pablo? Siento que alguien nos espía -estoy muy preocupado, él no está en capacidades de tener una batalla; necesito al otro sujeto.

- Observa la espada -proseguí, con la intención de que reaccionara.

- ¿Qué intentas hacer? -lo dice sin confianza, creo que estamos perdidos, creo que voy a morir.

Estoy abrumado, no sé qué hacer. No estoy en condiciones de pelear y Pablo está desanimado, ¿Qué le pasa?, ¿Acaso la persona que me salvó la vida es un inadaptado?, ¿Qué he hecho?

Cada vez están más cerca de nosotros. Intento acelerar mi paso con la poca esperanza de que nos dejen en paz. Súbitamente escucho murmullos; daré todo de mí.

Desenvainé mi espada, me pongo en frente de Pablo, aquí saldaré mi deuda: vida por vida. Espero no estar más tiempo con este tipejo.

Pablo es una persona muy ingenua, le falta conocer más al mundo, con lo que he sufrido sé que él ni se ha sentido ni el más mínimo daño. Lo máximo que ha visto de dolor es cuando me rescató. Puedo decir que he cometido un grave error, creo que me dejé llevar por los sentimientos.

Se acercan cuatros sujetos, creo que son muchos para mí, ¡agh! Maldito sea el destino.

-¡Pablo!

Suelto un grito y rápidamente, Pablo encoge sus piernas a su pecho y si empieza a sollozar retorciéndose del miedo.

-¡¿Qué es lo que haces?! -Lo digo fuerte y claro que la que oyera jamás un mortal.

Los cuatros sujetos se ubican en cuatro ubicaciones: adelante, atrás, en la izquierda y en la derecha. ¿Qué debería hacer? Intento planear en una estrategia. No, no pienso en nada. No tenemos nada qué hacer; lo único que hago es hacer la posición de defensa, necesito salvar a Pablo.

Súbitamente, el de la derecha se viene hacía nosotros -ahí es mi punto ciego, no puedo hacer nada ya que, mi brazo no responde. Es el fin.

Pablo saca un cuchillo y se lo entierra en el estómago, ¿Qué sucede? Escucho una voz reconocible para mí, espera... Es... ¡¿Él?!

Toma la espada que tengo, y dice con tranquilidad:

- Qué horrible espada, tío.

Quedo atónito, de la nada aparece el sujeto, creo haber subestimado a Pablo.

- Estaba teniendo un excelente día, cómo para que unos rufianes me molestaís. Van a pagar por esto.

Los hombres se burlan. Pablo posee un físico enclenque, pero no lo es. No volveré a desconfiar de mi señor.

-¿En qué te colaboro? -pregunto para ser de ayuda, no me permitiría ser de carga para él.

- Estaís muy lastimado, ve a descansar.

- Pero...

- Es una orden, no creo poder soportar que te lastimaís.

No sé qué hará, empero, confiaré en él. Coge el arma blanca y se tapa los ojos, diciendo:

- Lo haremos más divertido, ¿Les parece? -Se burlan de nuevo, creo que no aprenden. Qué mal. Yo ya lo hice.

- Lucharé a capa y a espada, berzotas.

Cierro mis ojos, tengo mucho miedo. Es la primera vez que veo una pelea, y más que alguien me defienda. Todo esto me hace recordar a padre, lo extraño. Abro mis ojos con curiosidad para saber qué es lo que pasa.

Veo a Pablo con una sonrisa en el rostro, creo ya todo ha acabado. Él me voltea a ver y se desploma. Está cansado -supongo- debo atenderlo.

Lo levanto como puedo, y agradezco que sea mi señor. Gracias destino por esto, no  volveré a dudar de nada, de veras.





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⏰ Last updated: May 25, 2019 ⏰

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Un desafortunadoWhere stories live. Discover now