Pasado

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La luz del día penetraba por algunos pedazos de la cortina, por lo que se lograban ver algunos rayos de sol, era fin de semana por lo que a veces me quedaba en mi cama pensando y meditando algunas acciones que marcaron mi semana. Últimamente, me siento vacía por dentro, necesito hacer algo diferente o me dejare caer en la monotonía del día a día, cosa que no me suena muy agradable. Reviso mi celular y hay un mensaje de Lilith.

Lilith: ¿Al fin si vas a ir conmigo?

Yo: ya te dije que sí

Lilith: Sólo confirmo, es natural de ti cambiar los planes a ultimo momento.

Yo: Sí, ya lo sé, pero en verdad he tenido cosas que hacer estos días- Miento, la verdad es que últimamente he preferido la comodidad de mi hogar que la fría y oscura calle. Aunque, está noche no tengo muchas excusas y le he cancelado las últimas 3 veces a Lilith, si lo hago de nuevo, sé que se enojara demasiado conmigo-. Tranquila, calma vienes aquí nos arreglamos y salimos ¿te parece?

Lilith: Perfecto BYE.

Yo: BYE

Aprovecho para ponerme en pie, me pongo una camisa que me queda algo suelta y unos shorts, bajo por las escaleras, para ir a la cocina y encuentro a mi madre sentada en el comedor.

-Buenos días -ella me mira y con sus ojos veo su respuesta, está algo ocupada en el celular, así que me muestra su mano en respuesta-. Ya entendí.

Camino hasta la despensa para ver que hay para alimentarme, al final decido hacer uno arepuelas, miro a mi mamá y ella me hace gestos para indicarme que ella no ha desayunado, al no ver a mi hermana, asumo que tampoco ha desayunado por lo que debo hacer el desayuno para todas.

Mientras, la masa esta en la sartén llamo a mi papá para saludarlo por lo que me he levantado más tarde de lo habitual y no he podido ver lo, el sonido del timbre repetitivo en mis oídos resuena, al final cuelgo la llamada antes de que se vaya a buzón de mensajes, luego, de unos minutos el me devuelve la llamada como es de costumbre.

-Hola hija- dice en tono de alegría, por lo que una sonrisa se dibuja en mi rostro-. ¿cómo amaneces?

-Hola Tito, amanezco como de costumbre y ¿tú qué estas haciendo? ¿cómo va esa jornada laboral?

-Bien princesa, como siempre con la mejor actitud ¡Ay! Ahora que me acuerdo el próximo domingo la empresa va a realizar una carrera atlética se me olvido decirte, entonces, era para ver si ¿me acompañas?

-Claro, tu sabes que sí.

-Bueno princesa, estamos hablando tengo que irme chao.

-chao un peso Tito te cuidas.

Cuelgo la llamada, bueno, tengo que prepararme para la carrera. Es tradición ya hace unos años que mi papá y yo vamos a carreras que organiza la empresa. Obviamente no ganamos, pues participan demasiadas personas, pero me gusta la sensación de correr es muy reconfortante cuando tengo problemas.

Un olor a quemado se avecina por mi nariz ¡mierda! El alarido de mi mamá por haber dejado quemar la comida hace que me estremezca.

***

Mientras el agua y el jabón están en mis manos junto con los platos, muevo mi cuerpo con la música que he puesto, es regla general que la persona que lave la loza pone la música que quiera y como es de mañana pongo a todo volumen Rise de Jonas Blue. Me encanta sentir, el sonido, el ritmo, la letra entrando en mis oídos, me siento en completa libertad cuando escucho música a todo volumen.

Después de dejar la cocina organizada, barre y trapear el piso. Me recuesto en el y escucho más música canción tras otra. Pero, baja mi mamá y me dice que me ponga a hacer la comida así que elijo la opción más fácil hacer pasta con carne.

NIGHTWhere stories live. Discover now