Nuevamente... Bueno, uno se acostumbra, ¿no?.
Nunca pensé que el quedar mirando un peluche me hiciera tan bien, en realidad... Es como si él tratara de decirte las respuestas de toda tu vida, y no tienes idea como interpretarlo, bueno... Quizás solo es imaginación mia, o falta de compañía, quién sabe.
He estado en el mismo lugar y posición cerca de 3 horas, creyendo que dejando pasar el tiempo, mi cabeza dejaría de amenazarme con explotar, lo bueno es que no ha llegado a aquello todavia.
¿Por qué aquí?, fue el primer lugar que encontré, bueno, mi pieza siempre ha sido mi lugar de preferencia. Con las paredes a no más dar de dibujos y recortes... Amigas, paseos, artistas, frases; muebles coloridos, peluches por todos lugares; es mi escondite, mi refugio.
Si vamos al grano, todo comenzó cuando la linda princesa con vestido rosado y repleta de joyas (claramente no era yo), se acercó a aquel principe que no podía ser más lindo... Fueron felices y fín, ¿y yo donde quedo?, claramente en el personaje secundario, porque ni la princesa me tomó en cuenta como amiga, ni el principe como novia... Y es en ese momento cuando comienza mi historia...