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El mayor jugaba con el can mientras que Sasha lo observaba sentada abrazando sus piernas. Pero en ese instante, el pequeño can se lanzo hacia ella lamiéndole la mejilla mientras reía.
Tiro su pequeño juguete hacia al rincón y este rápidamente fue por el; John se acercó a ella, extendiendo la mano ayudándola para que se levantará.

- Es algo brusca. - Dijo preocupado. - ¿Te hirió?

Negó con la cabeza mientras acomodaba su cabello.

- No para nada, Simplemente me tomo por sorpresa. - Respondió con una sonrisa.

Este la cargo entre sus brazos tomando nuevamente de sorpresa a Sasha, por instinto se abrazo del cuello del mayor, mirándose fijamente.

- La llevaré a su habitación...

- No tienes que hablarme así, John. - Un suspiro salió de sus labios. - Esa línea ya la hemos atravesado.

"Es verdad, aquella línea delgada que existía entre nosotros ha desaparecido"

El viento había apagado las veladoras quedando así la casa a obscuras. Subían hacia la habitación, llegando a la puerta de la habitación de ella. Sasha la abrió y se acercó a la cama sentandola en dicho lugar.
Un silencio incómodo se presentaba en el lugar; John estaba apunto de irse cuando Sasha tomo su mano y este volteo a verla.

- Quédate... Quédate conmigo... - Murmuró sin soltarle la mano.

John tomó el rostro de Sasha entre sus manos esbozando una leve sonrisa y sin perder más tiempo la beso como si su vida dependiera de este momento. Ella no tardó en corresponder aquel beso que poco a poco se intensificaba y no pudiendo evitar soltar un jadeo en medio de este.

- No sabes cuánto te amo, mi pequeña Sasha... - Dijo John con una respiración agitada.

- Igual te amo, John... Te amo... - Le dijo Sasha tomándolo del cuello para volver a besarlo.

La tomo de la cintura apegándola a su cuerpo sin detenerse ni un segundo. Mordió levemente el labio inferior de la chica provocando en ella que suelte un jadeo dejando entre abierto sus labios.
Sasha se dejó llevar, ya que nunca había sentido dicha sensación pero sobre todo, se sentía segura con el azabache.

El mayor lentamente comenzó a meter su mano bajo la blusa de la menor, masajeando su pecho por encima de la ropa interior; Sasha se mordió el labio tratando de que sus jadeos eviten salir y no "desconcentrar" al mayor.

- Quiero escuchar tu dulce voz... - Le susurró cerca del oído con su ronca pero a la vez dulce voz.

- E-Eres malo... - Dijo, sabía de sus intenciones aún apesar de ser inocente y de repente un agudo gemido salió de su boca.

Le miro sonriéndole al gemir de esa manera, como un vampiro fue a su cuello dejándole unas cuantas marcas en el mientras que con su mano libre se deshizo de la blusa.
Comenzaba a estremecerse ante esos besos que le dejaba, quería dejar de emitir dichos gemidos pero el mayor se percató de ello, tomando el rostro y besándola nuevamente, volviéndose un beso dulce pero lujurioso.

Se separo y la miro fijamente, la expresión del mayor cambio al ver a la joven sonrojada y sus ojos se llenaban de lágrimas, controlando sus instintos carnales.

- ¿Estas segura de esto? - Preguntó mientras acariciaba la mejilla de ella.

Simplemente tomo su mano, acariciándola suavemente mientras se notaba una sonrisa en su rostro.

El siguió con su trabajo, acariciándole su cuerpo nuevamente mientras este la recostaba en la cama.
Ambos se observaron, mientras el se despojaba de sus ropas con una sonrisa pícara, algo inusual en el.

Se colocó encima de ella, besándose mientras el tomaba ambas manos de la inexperta. Se separo comenzando a besar cada parte de su cuerpo hasta llegar a los pechos de la castaña.

- No...No mires... - Murmuro sonrojada mientras cerraba sus ojos

- ¿Por que? Si eres muy hermosa, Sasha... Quiero todo de ti.

Había soltado sus manos, jugaba con sus pechos de ella mientras dejaba escapar pequeños gemidos, haciendo que el se exite cada vez más.

Sus manos ásperas acariciaban el suave cuerpo de ella, mientras se dejaba por dicho cosquilleo que su cuerpo sentía.
Dirigió sus manos, hacia las piernas de ellas haciendo que se interpusiera en ellas y posara sus manos entre el rostro de ella.

- ¿Segura? - Preguntó de nuevo.

- De igual manera, quiero todo de ti... - Rodeo el cuello de este con sus brazos.

Al escuchar tal respuesta, el continuo con su trabajo. Tomo su miembro entre sus manos, comenzando a penetrarla lento para que ella así se acostumbrara al dolor.

Había hecho una mueca de dolor, seguidamente de un gemido al sentir como este iba rompiendo su himen.
Se detuvo y acaricio su rostro, estaba apunto de decir algo cuando ella poso un dedo en sus labios, la miro y esta simplemente movió su cabeza de lado dando a entender que todo estaba bien.

Continuó. Al ya penetrarla por completo, comenzó con un vaivén lento mientras esta gemía. Gemía de tanto placer que ese vaivén lento, se había convertido en un vaivén rápido y disfrutable para ambos.

El silencio de aquella habitación desaparecía, ya que sus gemidos se hacían presentes y se volvían uno solo. Sus miradas se cruzaban, sus rostros bañados de sudor pero eso no impedían que se entregaran a su amor.

Estaban llegando a su límite, nada los detenía haciendo esto cada vez más placentero. Se perdían juntos en ese placer inexplicable.
Sus labios se unieron una vez más, mientras se entregaron; ambos habían terminando juntos, haciendo que el se recostara en la cama y ella quedase abrazada, con la cabeza apoyada en su pecho entregándose ambos a los brazos de morfeo.

Continuará...

Protector『John Wick』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora