Elegidos (BORRADOR)

Capítulo 3 (BORRADOR)

Mi madre y yo nos hemos enfrascado en un intenso debate que no parece que vaya a tener fin. Si aún no me ha castigado un año sin salir de casa, es gracias a la intervención que ha tenido Gina durante mi ausencia. Al parecer, ha conseguido que mi madre intente ser comprensiva conmigo y entienda mis motivos, pero eso no significa que vaya a permitir que continúe con mis entretenimientos. 

—Eline, ya hemos hablado de esto muchas veces. No puedes hacer nada. —decreta, intentando poner fin a la conversación—. Te limitarás a hacer lo que te digan, porque de lo contrario estarás en peligro. Y dejarás de decir tonterías. 

—No son tonterías —replico, cruzándome de brazos—. Podría hacerme más fuerte. Podría usar mis poderes para cosas buenas. Podría dejar de esconderme para siempre —hablo, en un intento de hacerla entrar en razón—. Mamá... Yo lo único que quiero es ser libre. Y la libertad no se consigue sola. Si todos los Childwers nos quedamos en casa de brazos cruzados, nuestra situación nunca cambiará.

Advierto cómo su expresión se endurece conforme pronuncio esas palabras. No le gusta nada oírme hablar de esa manera, ya que piensa que si hablo de esa manera revolucionaria en casa, bien puedo hacerlo en el instituto o en cualquier otro sitio y buscarme muchos problemas. Empezando porque descubran mi identidad.

—Hija, escúchame, por favor —me ruega con total seriedad en el rostro—. Entiendo cómo te sientes, pero no puedes seguir con esto. Nadie va a venir a casa a rogarte que uses tus poderes, ni los Normales van a aceptarte nunca si descubren quién eres realmente —espeta duramente, haciéndome apartar la mirada—. Estás desperdiciando tu vida, Eline. Eres una chica guapa, joven y llena de facultades por mostrar, pero tú sigues encerrándote en tu propio mundo, empeñada en no ver la realidad.

Puede que tenga razón. Quizás mi madre siempre ha tenido razón durante todo este tiempo y yo solamente estoy perdiendo el tiempo y tirando mi vida por la borda, pero simplemente no puedo aceptarlo. No quiero vivir en las sombras, escondida, como si fuera algo a lo que aborrecer. Nuestros poderes deben servir para algo, no podemos ser un simple error que nunca debió ocurrir. Yo sé que no. Estoy segura de ello, y tengo motivos para estarlo.

—Hay Childwers que utilizan sus poderes para ayudar y proteger a la gente —rebato, manteniendo la firmeza en mi voz y recordando la anterior conversación con mi amigo—. No entiendo porqué nosotras no podemos hacer lo mismo.

Mi madre abre mucho los ojos con sorpresa y su rostro se convierte en una mezcla de incredulidad, horror y confusión.

—¡No! —exclama rápidamente, con notorio nerviosismo en la voz. La miro extrañada por su repentina reacción, y ella se esfuerza por tranquilizarse—. ¿Qué estás diciendo? ¿Quién demonios te ha dicho eso?

—Han —respondo sin vacilar.

De pronto, mi madre bufa y suelta una risotada, como si acabara de contarle el mejor de todos los chistes.

—¿Han? ¿Esto va enserio? —se mofa, provocando que frunza el ceño frente al tono de voz cómico que utiliza—. No puedo creerlo —a pesar de que se ríe, puedo notar que las palabras que suelta son veneno inducido por la rabia que está intentando controlar—. Han es un idiota. Te mete pájaros en la cabeza sin tener ni idea de lo que habla. ¿Y sabes qué es lo peor? ¡Qué tú te crees todo lo que te dice! —me recrimina alzando la voz—. Estoy segura de que es su culpa que seas tan irresponsable y no te centres en nada. Es una mala influencia.

—No hables así de mi amigo —mascullo, conteniendo las ganas de gritarle.

—¿Tú amigo? —ella vuelve a mofarse, soltando una risa sarcástica—. Es un Normal, Eline. ¿Qué crees que pasaría si descubriera qué eres realmente? ¿Crees que te aceptaría? —vuelve a reír y niega con la cabeza, para segundos después adoptar un semblante serio—. Créeme que no lo haría. Te detestaría, al igual que todos los Normales.