She's The Man |SasuSaku|

"Cambios"

¡Dios! Tan solo mírala.

¿Qué le pasó a ella que se cortó el pelo? ¿Eh?

¡Dios! Mírala de nuevo, ¡Mira!

De la cabeza a los pies, su estilo ha cambiado.

¿Por qué hizo eso? Tengo curiosidad a muerte.

¿Por qué hizo eso? Dime...

-SNSD Girl's Generation, "I Got A Boy"

—Bien, cariño, ¿Estás lista para verlo?

—Mhm, supongo. 

Ino hizo girar la silla de estilista en la que Sakura estaba sentada, haciéndola temblar. Debía ser eso o los nervios, las palmas le estaban sudando y aunque aquello era la cosa más segura que había hecho en su corta vida, apenas tenía 19 años, se sentía nerviosa. Esa beca era su última oportunidad para poder estar en esa escuela de alto nivel. Sus calificaciones lo eran todo, y para ella eran realmente Todo. Lástima que todo fue montado a último momento, tampoco ayudaba que las mariposas en su estómago brincaran como si estuvieran en un prado. Sus párpados cerrados revolotearon cuando tomó un profundo respiro y se preparó a sí misma.

—De acuerdo, hecha un vistazo.

Sakura abrió los ojos y pestañeó varias veces, intentando ajustar sus ojos a las bombillas que enmarcaban el espejo frente a ella. En un principio, pensó que Ino le estaba jugando una broma.

Había un chico sentado frente a ella, de cabello rosado, ojos verdes, vistiendo su chaqueta roja favorita y un clon de Ino parada junto a él. Tardó más de lo que quería admitir en reconocer que era su reflejo.

Sakura era ese chico en el espejo.

—¿Entonces? ¿Cómo lo hice? —Preguntó Ino con una sonrisa de complicidad.

La chica era una genio de la transformación.

Sakura estaba boquiabierta, moviendo la cabeza de un lado y al otro dando un buen vistazo al extraño que le devolvía la mirada desde el espejo.

—Ino, eres...

—¿La mejor? Claro que sí —Sonrió, mirando su perfecta manicura con aires de "Lo sé, nena, lo sé".

                                                              Sakura rió, temblando de emoción y con dificultad al respirar. Volteó a ver su largo cabello rosado esparcido en el suelo de la habitación de Ino, al igual que una gran parte de su vida. Un peso se había ido, literalmente, de su cabeza.

Estaba pasando, realmente estaba pasando. No había vuelta atrás. La academia de chicos iba a tener un nuevo alumno a partir de mañana.

—¿Ves el maquillaje? —Ino señaló con el dedo los productos regados en su tocador —. Definí tu mentón, hice un poco más espesas tus cejas y, ¡Boom! Un chico muy caliente en mi defensa.

Sakura no pudo contener un suspiro de admiración, en serio amaba a su mejor amiga.

—Te enseñaré a cómo lograr este look todos los días. Ellos ni siquiera lo notarán, no sí no se te escapan los pechos o algo.

—Ino, ¿Cómo puedo pagarte esto? —Preguntó, aquello era un enorme favor, debía tratar de pagárselo.

Ino le guiñó un ojo, peinando su, muy corto, cabello rosado.

—Dale problemas a Shikamaru por mí.

                                 [..]

Ok, Sakura, tú puedes hacer esto. Tú tienes el control, no te preocupes, ese chico no te está viendo, te ves bien. Deja de jugar con tu cabello, ¡Para! Tranquilízate.