"Autos y Mensajes"

433 51 22
                                    

Aunque Sasuke pretendía que nada había pasado, Sakura sabía que la noche del apagó había cambiado... algo, y no podía decidir si era algo bueno, malo o en algún punto intermedio.

Estaba agradecida de que cuando cayó sobre él, este no hubiera notado nada particular en su cuerpo, como el vendaje envuelto alrededor de su pecho o las curvas de su cadera. Si sus manos hubieran estado en cualquier parte que no hubieran sido sus hombros.

Todo estaría en riesgo si eso se repitiera. A pesar que sus brazos eran realmente asombrosos y su pecho era tan firme como parecía, no lo dejaría acercarse en ningún sentido de la palabra.

No quería pensar en que él la descubriera, era fácil imaginar la mirada de horror en su cara transformándose en enojo y gritándole en la cara, echándola a la calle. Ese pensamiento le sabía a bilis en la garganta.

Pero él seguía actuando como siempre, y si tenía una sospecha, no lo estaba demostrando. Sasuke actuaba como si nada hubiese cambiado, excepto que él pensaba que su compañero de cuarto era un cobarde por asustarse por los relámpagos.

A Sakura le preocupaba Naruto, pero él había sido muy valiente admitiendo que no era el mejor en los estudios a alguien que apenas conocía. Pero el hecho de que lo admitiera y no quisiera hablar de ello de nuevo, le molestaba un poco. Era como si diera marcha atrás en el último momento cuando se dio cuenta de que sonaba como un estúpido.

Pero ella no pensaba que él lo fuera. Ella se identificaba mucho con él.

Sakura lo sorprendió varias veces en la biblioteca, con la frente arrugada por la frustración, inclinado sobre su tarea hasta que se quedaba dormido en su mesa, rodeado de libros. Ella podría haber dicho algo, pero sabía que él estaba avergonzado.

Ella no había aceptado ser su tutora y él no volvió a el tema, ni siquiera cuando empezó a pasar más tiempo en el dormitorio junto a Sasuke y ella.

No era hasta que estaban sentados en el piso de su habitación frente al televisor en la madrugada que empezaban a hablar.

—¿Vas a casa el fin de semana? —Preguntó Sasuke apretando los botones del control del Xbox, a su lado, Naruto hacía lo mismo.

Sakura revisaba un ensayo en su laptop, buscando errores y corrigiéndolos.

—No, ¿Ustedes sí? Y, ¿Por qué lo preguntas?

—Pensé que vivías cerca.

—Bueno, no tan cerca. Digo, tampoco tan lejos pero, realmente no puedo ir a casa.

El juego anunció la muerte del personaje de Naruto y ambos se voltearon a verlo con el ceño fruncido.

—¿Ha? ¿Por qué no? —Preguntó Naruto totalmente incrédulo.

Sakura tenía algunas razones las cuales eran obvias.

—No tengo coche —Técnicamente, era cierto.

—Te puedo prestar el mío' ttebayo.

—No sé conducir —También cierto. El pequeño detalle era que le estaba ocultando su identidad a toda su familia.

Se escucharon un par de pies descalzos retumbar el piso, una mano tomó su silla y le dio vuelta, los ojos azules de Naruto estaban abiertos de sorpresa, atrás de él, Sasuke lo miraba con incredulidad.

—¿¡Hablas en serio!? —Preguntó el Uzumaki totalmente consternado.

—¿Por qué bromearía con eso?

—Conducir es como... la libertad definitiva, ¿Nunca lo aprendiste?

—Tomé clases, pero no era necesario donde me crié. Tú viviste en Tokyo, ¿No tomabas el metro?

She's The Man |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora