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Veo luchar a Madi, y siento que veo a Lexa. Recuerdo lo asustada que estaba cuando la vi pelear contra Roan, el corazón se me salía del pecho cada vez que él la golpeaba y la desarmaba. Esos minutos viéndola pelear fueron muy similares a cuando la vi partir ... pero en aquél momento sentía que moría con cada movimiento de Roan, al final cuando la vi vencerlo mi alma regresó a mí. En ese momento supe lo difícil que sería para mí el no tenerla aquí.

Hubiese querido nunca haber tenido que descubrir la vida sin ella o al menos no tan pronto.

A veces siento que Madi es un regalo de Lexa, la veo tanto en ella. Su sabiduría y su seguridad. Creo que era verdad cuando me dijo que siempre estaría conmigo, justo antes de dejarla en la Ciudad de la Luz. Cada vez que recuerdo esa última vez que la vi vuelvo a sentir mi estómago revolverse como si hubiese sido ayer. ¿Por qué la tuve tan poco tiempo conmigo? Quisiera regresar el tiempo... Todas las noches antes de dormir imagino que jamás entro a aquella habitación con Murphy y Titus y que así, Lexa nunca va detrás de mí.
Hace unos días soñé que estaba al lado mío, dormida en el Valle. Bellamy y los demás estaban en el Arca mientras Octavia y mi madre seguían en el Bunker, esperando a que todos nos reuniéramos de nuevo. Pero ella y yo estábamos solas en la superficie, en el verde de los árboles y el pasto que nos rodea, y pasábamos los días enteros construyendo casas para cuando todos regresaran y también contándole todas nuestras aventuras a Maddie. Éramos una familia y yo era feliz, después de tres años de vivir en alerta día y noche esperando la guerra, al fin estábamos a salvo y juntas.
Lloré más de lo que esperaba al despertar y ver que estaba sola, en la oscuridad del Bunker. Traté de no hacer ruido, Octavia puede encontrarme en cualquier momento, bueno ella o Dyioza. Todos quieren mi cabeza para vengarse de Maddie.

A veces pienso que debí quitarle y destruir La Flama pero jamás podría hacerlo. Jamás podría destruir lo único que me queda de Lexa.

-¿Clark? – escuché en voz baja.
-¿Bellamy? – pregunté asustada.
-Tenemos que irnos de aquí, están por encontrarte – me dijo con desesperación después de encontrarme escondida bajo una mesa.
- ¿Cómo está Maddie? – pregunté y me puse de pie.
- Sabes que lo está haciendo bien, no por nada quieren quitarle lo que más le importa. Tú. – dijo con una ligera sonrisa en su rostro y también asomaba tristeza.
- Es igual a ella – respondí con orgullo. Lexa siempre fue inteligente y sabía perfectamente lo que hacía.

Bellamy asintió con algo de esfuerzo y agachó su mirada, luego volvió a verme fijamente – tenemos que irnos ya – repitió seriamente. Caminamos por la cafetería e intentamos escapar por el acceso al exterior que está en la arena de gladiadores.
-Sube – ordenó Bellamy extendiendo la soga hacia mí.

Comencé a subir entrecerrando los ojos por la luz del sol, y de pronto la entrada de luz se bloqueó.
-La encontré – rió Miller mientras me veía y comenzó a bajar por la misma soga.

Bellamy comenzó a disparar y yo me solté de la soga, caí y Bell me ayudó a levantarme.
-Es mejor que te alejes de ella – gritó Miller con un disparo que le rozó el brazo.
- Es mejor que tú te largues – respondió Bellamy luchando contra el resto de Wonkru, mientras yo corría a cada una de las salidas y en todas había alguien dispuesto a matarme.
No sé cuántos pasos di hacia atrás, pero mi espalda chocó con la de Bellamy. Nos tenían acorralados.

-¿Por qué no te rindes, princesa? – preguntó Miller con una sonrisa triunfal.
- No van a quitar a Maddie de su puesto, y mi muerte no hará que ella renuncie tampoco – dije fríamente.

- ¿No? Probablemente tengas razón. Pero aprenderá a no hacernos enojar. – respondió y me apuntó con el arma a la cabeza.
- No lo hagas – suplicó Bellamy con lágrimas en sus ojos.
- Los dejo que se despidan – dijo Miller con el arma aún apuntándome.

- Bellamy...
- No Clark, no me voy a despedir de ti. Miller por favor .. –
- Bellamy – le interrumpí – no tiene caso seguir con esto.
- Clark – comenzó a llorar y me miró a los ojos – No me vuelvas a dejar – sus hombros bajaron y agachó su rostro mientras sollozaba – puedo soportar que no estés conmigo, pero no que te vayas para siempre.

Lo abracé y lloré con él. Hace algún tiempo me confesó que me ama, y aunque yo también lo amo no puedo corresponderle de la misma manera, yo jamás quise volver a amar a otra persona, lo que sentí y sigo sintiendo por Lexa ha sido tan fuerte que yo solo he esperado el momento en el que la pueda ver en la otra orilla.

-Cuida a Madi ¿si? – le pedí.
-No creo que ella me necesite – respondió entre sollozos.
-Se necesitarán el uno al otro – dije viéndolo de frente, acaricié su rostro y le besé la mejilla – Estoy lista – miré a Miller con lágrimas en mis ojos, me senté en el piso y cerré los ojos, escuchaba a Bellamy llorando como jamás lo había hecho. Gritaba una y otra vez que no lo dejara y mi corazón se partía, por dejarlo a él, a Madi, a mi madre y a todos los que alguna vez fueron mis amigos, incluido Miller. ¿En qué momento nos convertimos todos en nuestros propios enemigos?
Antes de seguir preguntándome cómo llegamos a esto, escuché un disparo y enseguida todo se tornó blanco, no escuché nada. Me sentí flotar y luego me quedé dormida.
Desperté en mi cama, en el Valle. Me di la media vuelta y vi su espalda desnuda con ese tatuaje que nunca me explicó por completo. Acerqué mi mano lentamente pensando que en cualquier momento se esfumaría o yo despertaría, pero no sucedió. La toqué y su piel era tan suave, le di un beso en el hombro y despertó. Mi corazón comenzó a querer salirse del pecho.
-Buenos días Clark – dijo Lexa con una sonrisa – te extrañé.
-Yo también te extrañé – respondí sin creer lo que estaba pasando - ¿eres real? – pregunté con temor.
-Soy tan real como tú – respondió.
-... pero –
-Bienvenida a la otra orilla – dijo y me dio un beso, y ésta vez, sin saber cómo, supe que jamás nada volverá a alejarla de mí.

El ansiado reencuentro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora