No puede ser tan difícil, ¿verdad?

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Ay la época navideña, con la primera nevada, la emoción de pasar con familia o amigos, el olor a galletas de jengibre, los colores brillantes de la época y los regalos. A Harry sin duda le gusta esta época a pesar de no tener tan buenos recuerdos durante sus primeros once años, pero en estos momentos no tiene el tiempo ni la energía para emocionarse pues tenía un pequeño gran problema, ¡debe conseguir una cita para el baile de navidad!

—¿Por qué demonios tengo que ser uno de los campeones de Hogwarts? —piensa con pesar mientras observa el comunicado que le han enviado recientemente donde claramente expresan que necesita una pareja pues abrirán el baile de navidad. —¡¿Por qué a mí?!

—Vamos Harry, no puede ser tan difícil, eres popular —lo alienta Ron que toma un color parecido a su cabello cuando Fleur Delacour pasa a su lado con su aire refinado y encantador. —¿De qué hablábamos?

—De que necesito una cita.

—Puedes enfrentarte a dragones, conseguir una chica no es cosa del otro mundo —dice el pelirrojo, pero cuando se acercan a un grupo de chicas de Ravenclaw comprueban que hablar con una chica es claramente de otro mundo. —Olvídalo lo que dije, estás frito.

¿Por qué sentía que sí estaba en lo correcto?

*****

Harry claramente ve la respuesta a su problema navideño cuando ve a Hermione, ella es su amiga y ya que todavía nadie la invitó entonces no tendrá problema en ir con él o eso cree.

—¿Cómo que tienes una cita?

—¿Por qué pones esa cara de sorpresa? —cuestiona la castaña con un tono que le advierte claramente a Harry que debe ir con cuidado. — Tan fea no estoy.

—No, por supuesto que no, es solo que... pensé que no querías ir.

—Y no quería, pero mi mamá me envió una bonita túnica y es un buen lugar para lucirla.

—Entiendo.

—Oye, estoy segura que cualquier chica querrá ir contigo, después de todo eres uno de los campeones, solo debes agarrar valor y decir "¿quieres ir conmigo al baile de navidad?" Pan comido.

Claro, sería más fácil si cuando se paraba delante de cualquier chica la conexión cerebro-boca no se le muriera. Solo faltaban ocho días y casi todos tenían una cita, hasta Neville iba a llevar a Ginny, ¿cómo era posible que su amigo más tímido tuviera más coraje que él?

Debía hacer algo y rápido.

—Harry, a ti te gusta Cho Chang, invítala.

Claro, Cho era amable y no lo rechazaría ¿o sí?

*****

Estaba nevando y quería enviarle una carta a Sirius así que con vendaval y todo estaba decidido a mandársela ya que él tenía fama de Don Juan, algún consejo podía darle o tendría que bailar con un maniquí o espanta pájaros.

Ya lo había decidido, hablaría con Cho, es solo que cada vez que se acercaba a ella se encontraba rodeada de amigas y si existía la posibilidad de un rechazo lo mejor sería que fuera en privado.

—¡Maldita ave, ya dame la caja! —escucha decir dentro de la lechucería donde se encuentra una pelinegra de cabello hasta los hombros envuelta en una enorme bufanda con los colores de slytherin está apuntando con su varita a un halcón enorme.

—Lo único que vas a conseguir es que se te ensucie encima —comenta con diversión al ver como el ave se pavonea en la viga mientras la pelinegra bufa. Claro que no sabía que la pelinegra a la que está molestando es Pansy Parkinson hasta que lo fulmina con su verde mirada.

Por un poco de muérdago [La magia de Hogwarts #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora