Por un poco de muérdago [La magia de Hogwarts #1]

Es hora del baile

Capítulo 4:

Harry suelta una carcajada cuando ve a Ron con su traje de gala, aunque si es sincero con él eso más parece un traje de Halloween.

—¡¿Qué es eso?! —le grita el pelirrojo cuando entra en la habitación asustándolo un poco.

—Mi traje de gala, ¿por qué?

—Porque se ve genial, no como el mío —el pelirrojo lloriquea un poco al verse de nuevo en el espejo. —Luzco como mi tía Tessie — Pues su tía tenía el peor gusto del mundo. —Y apesto como mi tía Tessie.

—Vamos Ron, tu traje, es más, clásico —lo último espera que suene más como una afirmación que como una pregunta que es como siente que sonó. —Anímate y vamos que debemos ir por las chicas.

Con lo último el pelirrojo susurra que lo único que le falta es las burlas del mundo, porque a pesar de no querer decirlo en voz alta, iban a reírse de él.

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Pansy se observa una vez más en el espejo y no puede negar que ese vestido muggle es muy bonito y le sienta de maravilla. Después de todo los muggles tenían talento para la moda, en especial ese tal Valentino.

—Por Merlín, pareces una Gryffindor —exclama Daphne mirándola con fascinación y Pansy no se queda atrás, a pesar de tener encaje y no sea del estilo de su rubia amiga, como su abuela no se ve. —¿Qué me ves?

—Hiciste un berrinche para nada, te ves preciosa —exclama la pelinegra ante la sonrisa de su amiga. —¿No eres tú si no pones dramas, verdad Greengrass?

—No es mi culpa que me luzca bien todo —responde la rubia antes de mirar por última vez su recogido. —Y puede que tan bien tenga que ver con que le escribí al tal Gianni Versace para que le hiciera unas pequeñas correcciones. Es muy complaciente y buen diseñador.

La pelinegra asiente pues es lo mismo que pensó del diseñador de su vestido. Pero a pesar de verse bien, Pansy no puede negar que estar de rojo y dorado, porque incluso el collar con un pequeño corazón es dorado, la hacen sentir extraña, ella que es toda una Slytherin luciendo como una Gryffindor de pies a cabeza, pero bueno, si iba a ser una Gryffindor por una noche, iba a ser la mejor.

—¿Nos vamos? —pregunta a lo que su rubia amiga asiente y así juntas caminan hasta las escaleras donde ve a Potter y su corazón tan bien controlado brinca de manera inexplicable, pero no es la única que parece en shock, por la cara y lenguaje corporal del pelinegro, sabe que él también tuvo una reacción parecida.

Ambos se quedan con la mirada fijada en el otro, verde contra verde y hubieran permanecido así por un buen tiempo debido a la sorpresa si no fuera por el pequeño jadeo de horror de Daphne.

—Por Merlín Weasley, ¿asaltaste el armario de tu abuela? —Pansy mira al avergonzado Weasley ponerse igual de rojo que su cabello y luchando contra su malvada naturaleza, se resiste a comentar que parece que Ronaldina no lo dejó del todo. —Ni loca voy a dejar que pises ese salón luciendo así.

—No tengo nada más que ponerme —exclama el pelirrojo poniéndose a la defensiva.

—Pero yo sí —le responde la rubia que sabe que sus amigos, en especial Blaise tenía más de un traje de gala. —Ven, vamos a arreglar esto porque no me vas a opacar.

—Pero...¿qué... —no puede decir nada más pues Daphne lo arrastra por el pasillo que vinieron sin que Ron no pueda ni replicar.

Cuando Harry y ella se dan cuenta de que están solos, llevándolos a un momento incómodo para sorpresa de Pansy, él es el que toma la iniciativa.