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"Vio el mar por primera vez. En la distancia el mar era azul.
Incuestionablemente azul. Sintió la felicidad de comprobar. Corrió desnudo por la arena de una playa sin turistas hasta que las olas le salpicaron la cara. Se detuvo, sospechando algo terrible, tomó entre sus manos un poco de mar. Y lo temido ocurrió. En el hueco de sus manos, el mar dejaba de ser azul, era sólo agua transparente. Acortar la distancia para destruir el encanto."

José Sbarra,
Plástico Cruel.

•••

Era alarmante la manera en la cual el tiempo pasaba volando, como si te arrebatara la posibilidad de vivir un momento al 100%, como si no te permitiera disfrutar de un instante que pretende ser un recuerdo inolvidable. Nunca se podría disfrutar todo en su totalidad, no había capacidad humana para algo así, y el tiempo, fiel aliado del olvido, disfrutaba acelerar su paso cuando eres feliz.

La ceremonia de graduación había sido apenas hace un día, pero, a su vez, sentía que aquello había ocurrido hace una semana y al mismo tiempo que fue hace un par de horas. Había sentimientos ligados a aquel día que estaban a flor de piel y otros que se habían consumido tan rápido que daba la sensación de haber estado así por días, quizás semanas.

No me gustaba pensar en el tiempo, no me gustaba ver cómo las cosas salían de mi control y no podía hacer nada para evitarlo. No me gustaba la forma en la cual me sentía al darme cuenta que un día que tanto había anhelado, ya había pasado. Pues este había transcurrido tan rápido que no había consumido todo mi anhelo y deseo. Y ahora, vagaba por el destino con anhelos de un día que ya pasó, obligándome a extrañarlo.

Obligándome a criticar el paso del tiempo.

Supongo que eran las consecuencias de cargar muchas expectativas sobre un día, tantas que no había forma en el mundo que pudiesen ser consumidas. Y, de esta forma, la culpa caía en mí y no en el tiempo.

Pero no quería entrar en detalle con ese punto, pues no hay duda en que echarle la culpa a alguien más por nuestros problemas siempre es y será más fácil.

A lo que quería llegar, más allá de dejar en claro el enorme vacío existencial que dejó en mí el hecho de terminar el instituto, es que creía haber encontrado la razón que vuelve pendientes a los "asuntos pendientes"

Lo había pensado demasiado en estos días, mucho más con el viaje a la vuelta de la esquina y las historias que, de vez en cuando, TaeHyung solía subir a Instagram. Y es que él y el tiempo compartían cierta lógica que, más allá de estremecerme, me resultaba particularmente atractiva.

Había puesto demasiadas expectativas, deseos y anhelos en él, tantas que no me alcanzaría la vida para poder consumirlas y era por esa razón que, no importaba cuantas veces lo veía, siempre volvía a caer. Porque aún había mucho por consumir, recorrer y, quizás, experimentar. También, durante una noche de insomnio, le agregué cierto valor a la velocidad con la que estos sentimientos podían consumirse. Pues no se podía negar que una caricia consumiría más que una siempre mirada, ni hablemos de un beso.

Fue por esa extraña lógica que inventé –y en la que decidí creer firmemente–que me propuse olvidar a TaeHyung. Pero no lo haría de la típica forma que usa la gente: ignorando y evitando. No, yo me encargaría de consumir cada sentimiento dirigido hacia él que había dentro de mí.

Era una lógica irrefutable. El ir del lado contrario de lo que se considera "normal" también daba resultados positivos. Se sabe que el calor quema, pero el frío también lo hace.

Tenía un solo viaje para hacerlo, para lograr mi objetivo y curarme de una enfermedad que estuvo dentro de mí hace ya tantos años que creía haber olvidado lo que era vivir sin tener a TaeHyung fundido hasta mis huesos.

The Pre-Break-Up Trip | K. TaeHyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora