Capítulo 2

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Ha pasado una semana desde lo ocurrido y no he vuelto a ver nada sobrenatural. Obviamente no volví al bosque por la supuesta promesa que le hice a Dylan.

Él estaría vigilandome, por supuesto que no iría al bosque. Tenía que disimular.

Pero ya ha pasado una semana, y supongo que cómo no fui al bosque en todo ese tiempo, Dylan pensará; "¿Por qué iría ahora?"

Okay, digamos menos la palabra "bosque"

Lo malo es que Dylan no conoce a su querida hermana y tampoco sabe de lo que es capaz.

He preparado una pequeña mochila con una linterna por si oscurece, una daga, una ballesta, un libro y uno que otro aperitivo.
Salgo por la puerta trasera sin hacer mucho ruido y me adentro al bosque.
Son al rededor de las 6:30 de la tarde. La hora muerta.

Quiero saber qué fue lo que ví y por qué razón estaba así.

A medida que me voy adentrando al bosque, todo se vuelve cada vez más oscuro; he encontrado una pequeña cabaña.
Mi cabecita dice que no lo haga, pero yo digo otra cosa. Voy a entrar.

Saco la ballesta; le pongo una flecha y la llevo a mi espalda. Estoy lista para entrar.

Me adentro a la cabaña y empiezo a inspeccionar.

Nadie podría vivir aquí, esto está muy... sucio.

Después de haber inspeccionado el lugar, y ver que no hay nadie ni nada raro, me dispongo a irme.

Pero de repente escucho una voz y me escondo en lo que parece ser un armario.

Ahora que me fijo, no es una voz, son voces; risas.

--Te estoy diciendo la verdad.

--Pero ¿cómo pudiste dejar que te vieran? Ahora hay que matarlos.
Stiles, tú no piensas, si esas personas deciden hablar, se armará un combate entre los licántropos y los humanos.

¿Licántropos?

¿Será qué están hablando de Dylan y de mi?

--Pero por Dios, Nicolás. Te dije que no fue a propósito. Estaba convertido, ni siquiera creo que me hayan visto. Total, podrían pensar que era un simple perro.

No, no se refiere a nosotros. Yo estoy segura de que lo que ví no fue un perro.

--Stiles, escucha; sí sucede una catástrofe, será tu culpa. -Al decir eso, sale de la habitación.

Oh, diablos.
Creo que he metido mis narices en donde no debería.

>>Dylan te lo dijo<<

Sí, consciencia, no era necesario que me recordaras que mi imbécil hermano me lo dijo y que hice lo que se me vino en gana.

Traté de ver por una pequeña rejilla que tenía el armario y no ví nada, por lo cual, sujeté mi ballesta con la flecha metida y salí de allí.

Cosa que no fue buena idea porque frente a mí estaba el chico, -Creo que es el tal Stiles- con garras de aproximadamente 2 centímetros y medio, los ojos brillantes y colmillos muy afilados.

--Oh, no debiste haber entrado. -trata de abalanzarse contra mí pero en un acto de agilidad, disparé la flecha en su pierna izquierda, lo que me dió tiempo de salir a la sala de aquel lugar. Busqué la salida pero no la encontré. En vez de eso, al voltearme, allí estaba Stiles, con la flecha en las manos y acercándose a mí, con sangre tanto en la pierna, como en su mano.

Yo traté de colocar otra flecha en la ballesta pero me temblaban las manos, no tenía tanto valor, como pensaba...
Antes de que pudiera hacer algo, lo último que ví fue a un Stiles con sus colmillos muy afilados frente a mí, rugió y caí desmayada.

Voten y comenten.
Besos de la gallina morada. 🐔💜

Stacey🌻💛

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