No creo en que nuestros días están escrito y que todo lo que nos pasa está rayado en un libro. Creo en que somos dueños de nuestros actos, de nuestro sufrimiento, alegrías y acciones.
No actuamos a como un libro quiere, actuamos a como en el momento lo vemos correcto y está a nuestra conveniencia.
Todos pasamos por amores, desamores y peores situaciones, como también mejores, claro.
A veces damos más a los otros a que lo que en realidad merecen. Por desgracia, siempre damos más de lo que nos damos a nosotros mismos.
Somos el reflejo de lo que pensamos, más no de lo que sentimos.