Capitulo I: Inmensidad de la vida

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Te has puesto a pensar lo grande que es la vida en la tierra, y más allá de nuestras esferas planetarias. Seguramente por tu mente, no podrías calcular lo inmenso que es la masa basta de la vía láctea, y de cuantos cuerpos celestes estamos rodeados ahorita en estos momentos.

La vida en el universo es tan incomprendida en muchas ocasiones, que creímos a ver aprendido todo a cerca de nuestra existencia, tan solo por ir a la escuela o por ver un documental de Discovery Channel. ¿Pero saben una cosa?, al final la astronomía no va poder descubrir los secretos que esconde el universo, en su máxima expresión.

Describir la totalidad del espacio, es como descubrir cuál sería el último número con que el que debemos contar, y empezar desde el inicio. Eso no existe ni existirá, pues nunca habrá una regla, con la cual podremos calcular semejante valores salidos de nuestra comprensión intelectual.

El tiempo no se detiene porque tú te detengas a descansar, ni mucho menos te va esperar, para que te prepares y sigas luchando por sobrevivir al paso de su ritmo. Además, el tiempo se mantiene gobernando las diferentes materias, leyes y energías con la que se rigen los distintos sistemas de vida que conocemos y desconocemos.

Veras, nosotros observamos a las hormigas e insectos, como si están fueran lo más diminuto ante nuestros ojos, cuando en realidad somos como ellos, e incluso, hasta mucho más microscópico que una célula molecular.

Esto comparando a penas nuestro planeta, con otros cuerpos mucho más grandes y misteriosos ubicados en nuestro sistema solar. Tal es el caso de Júpiter y Saturno, que son cuerpos con dimensiones mucho más grandes.

¡Créeme!, si somos complicados para retratarnos y aceptarnos como simples mortales, ¿tú crees que vas a poder entender lo que físicamente no puedes alcanzar a ver?

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