El día en que comenzó todo yo estaba en mi habitación, preparándome para ir a una fiesta con mis amigos, Jason y Kyler. Como era una de esas fiestas alocadas, me decidí por un vestido muy ajustado blanco y tacones del mismo color. Acomodé mi melena negra para que luzca alocado y sexy.
Nena, estamos en camino. -decía el texto que envió Jason. Bajé las escaleras apresuradamente para luego encontrarme a Paul, mi padrastro y Carter, mi hermano, viendo un partido de béisbol en la televisión.
Jason y Kyler vendrán en unos minutos. Dije a modo de explicación. No se me pasó por alto la manera en que, contra su propia voluntad, me devoraron con la mirada. Y yo, como siempre, me sentí deseada y me gustó.
Al poco tiempo, se oyó el sonido del claxon desde la entrada y me despedí de ambos con un beso en la mejilla que aún así denotaba mi característica sensualidad, además, desde ese ángulo les ofrecía una perfecta vista de mi perfecto escote.
Mierda. Dijo Kyler cuando subí al auto. Les sonreí provocativamente haciendo que me guiñara el ojo y Jason se mordiera el labio.
La fiesta era practicamente al otro lado de la ciudad, y como en el pueblito fantasma en el que vivíamos casi nadie salía, o incluso tenía coche, la carretera estaba aislada. De la radio se reproducía una canción lenta y sensual. Tardaríamos al menos unas dos horas en llegar al lugar así que me asomé por el hueco entre ambos asientos de enfrente.
¿Y dices que esta fiesta será genial? Una de mis manos acarició el hombro de Kyler.
Y hasta el amanecer, guapa. Capté claramente la lujuria en sus ojos cuando me sonrió. Me mordí el labio y pasé mi lengua por su carnoso labio inferior. Kyler soltó un gemido.
Pero yo ya me estoy aburriendo. Hice un puchero con los labios al separarme de él. Jason se relamió los labios mientras Kyler retrocedía su asiento todo lo posible hasta formar un espacio donde claramente yo cabría.
Pasé mis piernas a cada lado de su asiento, sentándome a horcajadas sobre él. Tomé su nuca con una mano y uní nuestros labios salvajemente mientras presionaba mi cuerpo con el suyo. Sentir la erección de su enorme polla me excitó aún más. Sus manos apretaron mis pechos justo como me gustaba y eché la cabeza atrás con un gemido. Jason nos miraba por el rabillo del ojo mientras su propia erección crecía.
¿Porqué no aparcas el coche un rato? Dije provocadoramente. Sin molestarse siquiera en comprovar la zona -de todos modos, sabíamos que nadie pasaría por allí- hizo lo que le dije.
Ambos recostaron sus asientos en una cama improvisada. Besé a Jason, nuestras lenguas jugando expertamente. Kyler me acariciaba las piernas y muslos enviando escalofríos a mi sexo. Me separé de Jason por la falta de aire y aproveché para desabrocharle los jeans. Kyler se llevó una mano a su bragueta y liberó su precioso pene, pasando las manos por él. Lamí la cabeza de la polla de Jason causandole un profundo gemido. Empezé a pasar mi lengua por todo su miembro como si fuera una paleta, acompañándola con mis manos. Lamí y succioné sus bolas mientras lo masturbaba con una mano.
Ah, joder. Gimió él.
Volví mi boca a su polla y le hice una mamada de las buenas, haciendolo correr rápidamente. Pero yo no había tenido suficiente así que introduje el pene de Kyler dentro mío y ambos jadeamos de placer. Jason me tocaba y chupaba mis tetas y pezones mientras que yo cabalgaba a Kyler. Nos corrimos rápidamente, y esperé a recuperar la respiración para sacar el pene de goma transparente que Jason guardaba en la guantera me lo metí una sola vez antes de que Kyler tomara el control y Jason me penetrara por el ano.
Dios, me sentía tan plena y el orgasmo construyéndose dentro mío parecía ahogarme. Con una mano tomé la polla de Kyler y lo masturbé al ritmo rápido y alocado que todos habíamos tomado. Un orgasmo increíble nos alcanzó al mismo tiempo, dejándonos jadeantes y con olor a sexo.
Joder, ya extrañaba tus mamadas. Jason me besó apasionadamente. Sonreí al apartarnos y me acomodé el vestido.
Y yo los extrañaba a ustedes, chicos.