Una simple madrugada de verano me levanté con la frente sudorosa y la respiración agitada por el mismo sueño o pesadilla que he tenido desde hace dos años, siempre era lo mismo estaba en el bosque corriendo y de repente llegaron varios lobos pero no me atacan no podía explicarlo solo era como si quisieran que me uniera a ellos o como si yo fuera como ellos, vi mi reloj y aún faltaban tres horas para mi hora de despertar intente dormirme pero no pude -Vamos Ana porque es tan difícil dormir para ti- me dije a misma levantándome de la cama mire mi reloj de nuevo -Solo han pasado treinta minutos, porque el estúpido tiempo no pasa más rápido- le reclame a la nada mientras estaba en mi discusión con el universo sonó el teléfono -Quien quiera que sea llame mañana- dije sin esperar a saber quién era la persona del otro lado del teléfono -Lo que te diré no puede esperar a mañana- dijo una voz que conocía muy bien del otro lado del teléfono -Que es eso tan importante que tiene que sacarme del plácido sueño de los justos- dije bromeando -Pablo me pidió matrimonio- dijo mi amiga en un grito tan agudo que me dejó un leve zumbido en los oídos -Que por fin lo hizo- dije alegrándome por Paola aunque la verdad yo estaba enamorada de Pablo desde hace seis años el me gustaba tanto su piel bronceada, sus cabello negro y sus profundos ojos negros siempre me cautivaron desde que lo conocí en mi último año de preparatoria eso fue cuando yo tenía 16 años, el único problema era que mi mejor amiga Paola también se había enamorado del también así que amabas hicimos un pacto ninguna de las dos estaría con él a no ser que él se le declarara a una de las dos y hace tres años Paola fue la que corrió con esa suerte, creerán que me puse a llorar y a planear como separarlos pues lamento decepcionarlos no soy tan mala, Paola y Pablo eran mis amigos me alegré mucho por ellos ya que Pablo se había enamorado de Paola y no de mí no había nada que pudiera hacer al respecto ya que no iba a humillarme delante de Pablo para rogarle que me amara y bueno Paola me había ganado limpiamente pues Pablo era quien la había conquistado -Si lo hizo te juro que no podría ser más feliz pero ¿Tu estas bien?- dijo Paola quien después de seis años del mismo cuento de que si yo no estaba feliz con la relación, ella rompería con Pablo aunque yo la conocía perfectamente y sabía que no podría terminar con él, lo amaba demasiado -Te voy a decir lo mismo que llevo diciéndote todo este tiempo está bien él te elegio a ti y a mí solo me queda aceptarlo y enamorarme locamente de otro hombre además yo no soy de las que viven de llorar como magdalenas en un rincón querida amiga- dije bien campante ya que todo era cierto nunca por más dolorosa que fuera una experiencia yo me dejaba ganar -Ya sabes cuál es mi lema...- empecé a decir -Si no me mato no importo- dijimos ambas al mismo tiempo -Ok entiendo entonces no te molestara ser mi dama de honor- dijo Paola con ilusión -Por supuesto que lo seré pero ni creas que voy a usar un vestido rosa o uno que este esponjado como si le exploto una bomba de crinolina- dije con voz amenazante -Descuida aún queda bastante tiempo para la boda que tú me vas a ayudar a organizar y de paso te conseguimos un hombre guapísimo para que lo presumas ese día- dijo Paola con coquetería -Tu si sabes- dije entre risas y así hablamos hasta que mi despertador sonó -Paola ya escuchaste es hora de empezar la jornada hablamos luego y me tienes que contar con lujo de detalles la propuesta de matrimonio de Pablo- dije para despedirme -Esta bien ¿Qué te parece si vamos a celebrar esta noche igual es viernes y mañana la tía Evangelina se hace cargo de la tienda- propuso Paola -Ok pero tú le avisas al resto del grupo- dije cortando y procedí a mi rutina, me quite mi absurda pijama amarilla con estampado de hamburguesas y empecé a ducharme con agua tibia, después fui a cepillarme los dientes y no pude evitar ver mi apariencia hacia un par de semanas había cumplido 22 años y mi apariencia al parecer se quedó atrapada en 17 exceptuando mis atributos femeninos, mi cabellera castaña llegaba poco más arriba de mis hombros, mis ojos ámbar eran coronados por mis largas pestañas y mis múltiples perforaciones en las orejas me daban un aspecto entre lo tierno y lo rebelde dirigí mis ojos al lado derecho de mi abdomen donde tenía tatuada una manada de lobos similares a los que veía en mis sueños.
Termine de mi rutina de aseo personal y me dirigí a mi armario y tome lo primero que vi que fue una camiseta negra, una chaqueta de cuero roja, unos pantalones jeans ajustados y unas botas estilo militar después de vestirme baje a desayunar y después subí a mi motocicleta para dirigirme a trabajar, me encantaba mi trabajo. Trabajaba en la tienda de antigüedades de mi tía Evangelina y no bromeo cuando digo que hay de todo desde cosas normales como ropa de segunda mano estilo Vintage hasta las más locas excentricidades como aparatos de medicina medievales o cuadros que quién sabe quién o qué pinto. Cuando llegue a la tienda mi tía ya se encontraba abriendo la puerta y mi abuela se encontraba con ella -Buenos días excelencias- dije con un fingido tono de solemnidad -Pero que mujer más mal educada ya tienes veintidós años deberías comportarte como la adulta responsable que eres- dijo mi tía -Ya se eso y es por eso que aprovecho cualquier momento de comportarme como una molesta adolescente- dije entre risas -Haber Ana Valeria Hendrix compórtate- dijo mi abuela Sonia, mi tía Evangelina y mi abuela Sonia en un determinado tiempo eran idénticas pero la edad hizo lo suyo aunque mi abuela se conservaba estupendamente para sus 65 años aún conservaba una tupida cabellera semi-castaña que estaba salpicada de canas, su piel acanelada contrastaba con sus profundos ojos grises los cuales estaban rodeados de unas largo y tupidas pestañas por el contrario la tía Evangelina tenía el cabello marrón intenso y los ojos grises como la abuela, además era muy delgada y su piel era de un leve tono moreno, se veía algo vieja para sus 39 años pero no era que no se cuidaba sino que cuando tenía 17 casi 18 años había tenido un accidente junto con mi madre esta última murió y mi tía quedó con varias lesiones el la columna y la pelvis por lo que estas están torcidas por lo que mi tía necesita un andador para caminar -Está bien abuela, ahora a trabajar- dije abriendo la puerta de la tienda.
Fue un día normal de trabajo hacer mantenimiento e inventario atender clientes, sacar a patadas a los molestos pandilleros de la zona y entre el ajetreo del día llegó la noche eran las siete así que decidí irme -Te vas temprano, ¿Por qué? - me pregunto mi abuela -Ah, es cierto no les conté, Pablo le pidió matrimonio a Paola y obviamente iremos a celebrarlo- dije -Oh entonces ya nuestra querida Paola se va a casar felicítala de nuestra parte- dijo la tía Evangelina -Ten cuidado y no bebas mucho si vas a ir en la motocicleta- previno mi abuela y por alguna razón hizo énfasis en que tuviera cuidado lo cual me preocupo ya que mi abuela tiene un don extraordinario de saber cuándo algo va a pasar, me fui de la tienda a mi casa para arreglarme para la noche de fiesta.
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Loba: Nacida de la traición
Hombres LoboAna Victoria Hendrix es una joven de veintidós años que trabaja en una tienda de antigüedades que pertenece a su tía Evangelina. Un dia se va de fiesta con sus amigas para celebrar el compromiso de Paola su prácticamente hermana esa noche Ana descu...