Si pusiera como título "prólogo", probablemente no lo leyeras

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Ficción, escuché esa palabra dos veces este día, en una chiquilla que estudiaba para su examen, y en un imbécil que creyó verse culto al usarla. Puede que lo ficticio tenga tintes irreales, pero el sentimiento que produce en quienes lo consumen es completamente auténtico, aún cuando saben que está hecho con ese propósito, sienten ira, empatía o tristeza, muchas veces por alguien que nisiquiera existe.
La clave está en mostrar la debilidad y el sentir de los humanos de una forma tan real, que identifique a quienes lo ven... Lector, soy débil, y tengo tantos sentimientos que te son conocidos, impera la rabia y la frustración, pero no debes de sentirte identificado conmigo, ni debes sentir empatía por mí, yo me liberaré, me desahogaré, apagaré este maldito fuego, eso es lo que estás a punto de leer. Muchos cuando se ven presos por mi verdugo, expulsan su rabia y ese fuego del que te hablé se descontrola, y termina quemando a los demás, pobres idiotas. Lo poco que puedes hacerles a tus cercanos no es capaz de saciar a la bestia que exige liberarse de tan apresantes cadenas. A alguien cercano, no puedes hacerle más de lo que está disponible en tus manos, y si eso fuera suficiente, también lo sería para sacarme de esta miseria y permitirme no haber llegado a este punto. Yo soy más inteligente, lector, yo crearé un ser con quien pueda hacer lo que me plazca, alguien sin culpa, que tendrá que responder ante la ola de odio y rencor que azota furiosa las costas dentro de mi ser. Siendo yo su creador, su dueño, su dios, no podrá reprocharme algo, ni defenderse, yo crearé su entorno y mi único límite será mi imaginación. Ven, y disfruta conmigo de esto, prometo ejercer en mi protagonista todos los sufrimientos posibles que estén a merced de mi mente, prometo no acabar la obra hasta que esté saciado con la imagen del sufrimiento de mi creación, prometo mover cielo y tierra, para evitar que pueda escaparse de este fatídico destino que estamos planeando tu y yo, lector. Si, tu eres mi cómplice, sé que el morbo te ha atrapado, admítelo, es el mismo sentimiento que tenemos cuando vemos una discusión, deseamos que haya conflicto, deseamos que lleguen a los golpes. Hay quienes salen de casa por que buscan ver animales sufriendo en una plaza, hay quienes encienden la televisión por que les entretienen los conflictos familiares y sexuales de los demás, hay quienes buscan en Youtube vídeos de parejas peleando, no eres el único, tu y yo lector, leemos por que vamos a destrozar a un pobre ser que será concebido en mi mente, nacerá para sufrir, para saciar tu curiosidad, tu morbo y mi ira, pero no te preocupes, tan solo es una ficción...

El hijo del odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora