Lugar tres

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02:38 am

Mejor tomo un descanso, me esta doliendo mucho la cabeza y tengo náuseas.

Me siento en el suelo en frente de la tienda de bellas artes.

¿Quién más sabrá sobre estas cartas?.

¿Warren?, el era su amigo, y después de clases se le veia juntos.

Mejor lo voy a ir a ver. ¿Dónde podra estar?. Le enviaré un mensaje. Saco mi celular y le escribo.

Yo: ¿Warren donde te encuentras?, quiero hablarte. 02:40.

Werren: En mi casa.
02:59.

Yo: En 10 minutos voy.
03:11.

Warren: Te espero.
03:13.

03:34

Espero que me ayude a entender esto.

03:47

Ya casi llego a su casa, me faltan no más de veinte pasos.

La luna esta llena. "Como una rodaja de queso azul" diría Matthew.

Al ver mi destino en frente mio, decido tocar la puerta a esperar una respuesta.

Después de no más de 10 segundos, tenía a Warren en frente mio.

-Creo que ya sabes de lo que vengo a hablar, ¿No?.- le digo con curiosidad.

-No se a que te refieres Ethan.- pronuncia en el pelinegro.

-No te hagas el idiota, sabes de que tema te estoy hablando- le digo con enojó.

-¡Que no se Ethan!- gritó.

-¡Del suicido de Matthew!- nunca creí decir esas palabras.

La atmósfera se torno densa. Pareció que todo se había congelado. Warren quedo perplejo ante lo que dije.

Agachó la cabeza apenado y todo siguió en silencio.

Luego de un par de minutos pronunció una oración casi inaudible.

-Matthew, un alma tan pura y llena de bondad, no se merecía todo lo que le paso- dijo con tristeza.

-¿Que cosa no se merecía?, ¿A qué te refieres?- le digo con una voz más tranquila.

-Nada Ethan, me tengo que ir, mañana al clases- dicho eso se dio media vuelta, abrió la puerta de su casa, y entro en ella. Dejándome la cabeza echa un ovillo de lana.

Me quede parado mirando la puerta pensando en lo que había dicho. ¿El sabrá lo que le pasó a Matthew?, ¿Cuales eran sus razones para llevarlo a lo que hizo?, ¿Matthew le habrá contado?. Entre esas y muchas más preguntas había en mi mente.

Si no me quiere decir, lo averiguare yo mismo.

Decido abrir la carta número trez.

Las dos cara de la moneda, todos tienen su lado bondadoso, alegre, "Bueno". Luego está el lado que nadie ve, a lo que la mayoría se refiere con el lado "malo"; no en todos los casos necesaria mente debe ser malo, si no, a lo que a uno le pasa, lo que uno siente y piensa, cosas que a veces nos callamos.

Cartas con bordes rojo carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora