Escuela de asesinos.

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En efecto los 5 edificios que conformaban la escuela de asesinos eran impresionantes, me cruce a varias personas en el caminó ya eran las 10:48 de la mañana y el lugar estaba bastante mas transitado, las personas por lo general me esquibaban o hacían que no me veían como si yo fuera alguien muy importante... Ja! Ya quisieran..

Aunque la verdad era bastante molesto, aunque a la vez me agradaba ya que nadie me andaría haciendo preguntas o intentando conocerme, pero hasta cierto punto era bastante sospechoso ya que no llevo ni medio día aquí y ya me tienen miedo, parece que con solo mirarme ya supieran quien soy y lo que tramo, eso es muy sospechoso, la mayoría de personas en el lugar a simple vista parecían jóvenes normales pero yo podía notar la locura y lo omisida en su mirada, muchos parecían ocultarlo bien pero nadie me oculta nada a mi, yo se como descifrar a las personas y como descubrir el secreto mas oscuro de su alma, eso es hasta se diría perturbados pero son los pequeños detalles aquellos que delatan la escena.

Si no estuviera tan perturbado seria un buen detective pero a mi me gusta derramar sangre no saber quien la derramó, yo quiero ser el juez y verdugo no un abogado o el acusador, quiero castigar a los pecadores no solo agendarlos como pecadores, yo quiero causar la escena del crimen no descubrir que la provoco, yo no quiero seguir reglas las cuales no apruebo, yo quiero matar con justicia y lo voy a hacer.

Luego de inspeccionar un poco los edificios termine caminando por un pequeño bosque de uno de los patios traseros de alguno de los edificios, a decir verdad me gusta mucho el silencio y la soledad, supongo que por que así me crié en silencio y solo sufriendo de las consecuencias de pecados que nunca hice, pagando un preció que nunca merecí, sufriendo aislado a su vez que la soledad se volvía mi única amiga y el silencio mi vos, alimentando aquel monstruo hambriento de sangre y justicia a mano propia, me crié en la cuna de la soledad con la música del silencio y siendo amacado por la injusticia y la toxicidad de la humanidad.

Por lo que ya se imaginaran como quede, después de todo cuando llegas al limite que yo llegue solo te quedan dos opciones: o te vuelves una débil y sumisa presa el cual seguirá ciegamente al que tiene adelante sin importarle que, o te vuelves un completo monstruo estando a la defenciba todo el tiempo y derramado sangre ajena por tus propios ideales y sentido de la justicia sin importante nada mas, básicamente o te vuelves un cordero o un lobo, ya se imaginaran cual elegí.

El bosque me gustaba mucho, todos los bosques me gustaban al igual que el invierno y el dolor, lo se, soy un tanto masoquista pero es mi propio castigo por todas las cosas malas que hago, se que matar esta mal pero me hace muy feliz derramar sangre, pero no me malinterpreten me gusta derramar sangre de aquellos que se lo merecen, nuca derramaria sangre de un niño o de alguien que no se lo mereciera, puedo se un psicópata pero no un monstruo, aunque a veces parezca lo contrario.

El bosque era sin duda muy relajante para mi, siempre solía escaparme al bosque cuando me ponía muy ansioso, molesto, depresivo o incluso cuando estaba muy aburrido, no importaba que clace de bosque fuece si uno pequeño de un parque o uno enorme y espeso, si estaba todo seco y quemado o verde y florecidó me daba igual siempre me relajo y no sabia el porque pero me encantaba caminar por el bosque, podía caminar sin parar por horas y no cansarme, algunos pájaros cantaban, el viento soplaba los colores del bosque se mesclaban las ramas y hojas de los árboles se movían por el viento causando una suave melodía, mis pisadas sobre las hojas secar y ramas o el pasto, siempre me ralajaba era como un anesteciante natural, me ayudaba a reponer mi paciencia y conectarme  con mis sentidos, de modo que pensaba mas claramente y podía razonar mejor lo que iba a hacer.

- Ey! Ey!..-
Alguien llamo detrás de mi, me hice el tonto y seguí caminando sin prestarle atención.

Como les decía me encanta el bosque..