Capítulo 1: ¿Qué Es El Amor?
Puedes Cerrar tus ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir.
-Tabitha Suzuma.
Me despierto empapada en sudor, eh tenido un sueño contigo, soñé con tu mirada, esa mirada que me transportaba a lugares imposibles de explicar. Recuerdo que a través de tus ojos veía el resplandor de tu alma, esa alma joven alegre y libre. Tu mirada hablaba más de ti que de otra cosa, te veía y veía un universo en ella, un universo paralelo a este mundo.
Me siento en mi cama pensando en esta agonía que vivo, no puedo seguir matándome a mí misma, pero te amo y te extraño y eso no he podido olvidarlo, aunque lo intente desesperadamente como si quisiera respirar después de haber estado mucho tiempo bajo el agua pero de igual manera no funciona, mi corazón dice una cosa pero mi mente dice otra. Es confuso todo esto que siento y creo que la explicación más lógica para no querer olvidarte es que todavía te amo. Pero me parece ilógica esta explicación lógica. Porque ahora es que empiezo a comprender los altos y bajos que abarca enamorarse, por un momento estas muy arriba pero un temblor llega y hace que toques el suelo con los pies y allí se acaba toda la magia de estar enamorado.
Me levante de mi cama estire mi frágil y flacucho esqueleto. Me prepare una taza de café, di un paseo por un buen baño caliente. Me vestí con mis jeans oscuros, mis botines bajos, mi camisa a tiros blanca y mi chaqueta de cuero negra. Como siempre mi cabello se peinaba solo mis rulos se dejaban domar muy poco, y el maquillaje lo hacia mi propio metabolismo solo yo colaboraba con un poco de brillo y lápiz delineador en la parte inferior de mis ojos. Salí sin despedirme de Lucky mi amado cachorro, todavía dormía pero le deje comida y agua.
Llegue a mi clase de literatura el profesor ya tenía dos años enseñando literatura, y era alto atractivo y con bellos ojos azules. Hablaba sobre el amor y la literatura valla tema para olvidarte querido mío.
-entonces para ustedes ¿Qué es el Amor? – Valla pregunta profesor conteste para mis adentros se suponía que no debía levantar mi mano pero en realidad lo hice, levante mi mano pensando en una respuesta a esta pregunta de la cual me podría desquitar- si señorita McAdams diga ¿Qué es el Amor?
-es el infierno aquí en la tierra profesor – le dije mirándolo a los ojos.
-no me esperaba esa respuesta señorita McAdams – me dijo contestando a mi mirada fijada solo en él.
-¿y que quería que contestara profesor? - pregunte arqueando mi ceja derecha- ¿un poema exquisito sobre lo bello que es el Amor?
-pues hubiese querido que fuera menos cruel- contesto arqueando su ceja al igual que yo. Y en cierta forma tenía razón pero yo no me iba a retractar.
-no es crueldad profesor es realidad, no podemos engañarnos creyendo que el amor es solo peluches y rosas, salidas, besos, caricias. No el amor es el sentimiento más confuso que hemos experimentado en nuestras vidas nadie podría decir que no. Solo una risueña que está pisando ese mundo podría decir que el amor es lo más bello, el amor de madre si, de tu perro, de tu padre, hermanos. Pero no el amor de amar a tu alma gemela no ese amor, además no creo que ni siquiera sea un sentimiento si no un castigo, los sentimientos no duelen tanto como duele ese asqueroso castigo llamado “Amor”.
-pues si esa es su teoría señorita McAdams es respetada y creo que tendré que analizar su teoría porque suena interesante, continuamos con la clase muchachos, pasemos a grandes escritores de esta hermosa carrera la cual están cursando.
(…..)
Terminada la clase todos salíamos y por supuesto el profesor me ha llamado.
-señorita McAdams, podría venir un momento por favor querría hablar con usted.
-si diga profesor Smith ¿qué quiere? – pregunte con media sonrisa.
- quisiera que me diera una explicación de su respuesta en cuanto al castigo llamado “amor” – me dijo algo sarcástico.
-pues nada es lo que pienso y si no le gusta pues no me pienso retractar – iba a poner mi bolso en mis hombros cuando el profesor Taylor me tomo de mi brazo.
-Elena- me dijo mirándome – ¿qué le ha pasado a la chica que conocí?
-se esfumo profesor Taylor – lo mire fijamente y mis ojos se cristalizaron
-sé que te hizo mucho daño, pero no puedes crear una burbuja entre tú y el mundo para protegerte.
-lo siento pero ya no puedo hacer nada para arreglarlo. Ya el desierto ha llorado Taylor – dije con un hilo de voz melancólica y mis ojos aún más cristalizados. No quería llorar delante del profesor.
-¿Qué quieres decir Elena? – me dijo confuso.
-el desierto llora, cuando el alma ama, porque sabe que nada es para siempre. Y resulta ser Taylor que ya yo he amado así que el desierto ya ha llorado- una la grima corrió por mi mejilla, Taylor inmediatamente me tomo por mis hombros dándole un beso a mi frente. – perdóname no debo llorar así. – mi delineador de ojos se había corrido y el miro mis ojos y limpio mis lagrimas
-una dama no puede dejar que su delineador se corra por un imbécil- dijo mirando mis ojos con su pulgar izquierdo colocado en mi mejilla
-gracias Taylor pero solo eres mi profesor, y mi amigo no pasa a más de allí aunque sé que no es nada parecido a lo que estás hablando pero sabes a lo que me refiero eres mi profesor, y un gran amigo solo eso y no quiero que mescles mi dolor con otra cosa
-ya entiendo si no te preocupes, por lo menos déjame invitarte un café- miro mis ojos fijamente.
-bueno está bien solo un café.
-gracias- miro mis ojos con ternura.
(…)
8: 30 pm
Estaba tomando un café con el profesor Taylor, estábamos conversando política algo que no me gusta conversar mucho pero a él le gustaba mucho la política así que accedí al tema…. De pronto escuche una voz demasiado conocida voltee en el instante y allí estaba el con una bonita chica de ojos azules, me sentí devastada el seguía tan bello como siempre de tez morena muy clara ya casi blanca ojos marrones muy claros y su cabello negro como el azabache. Pero estaba esa chica y mi corazón estallo en mil pedazos una vez más él no me había visto pero yo si Taylor me decía que me calmara pero yo solo me escondí entre sus brazos para que el no pudiera verme.