La hora de irse

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Llegó el día de la fiesta en la playa, faltaban 5 horas para el espectáculo. Ali me llamó para saber si ya estaba arreglada, que faltaban 3 horas para irnos en coche -la fiesta nos pillaba un poquito lejos-, a lo que yo contesté que aún ni siquiera me había vestido. Ali tuvo que ir hasta su casa para elegirme la ropa rápido, maquillarme, peinarme, etc. Ella entró como de costumbre a mi habitación por la ventana, ya que mi habitación estaba en el piso bajo.

-Hey, Jo.-Ali estaba deslumbrante, con un vestido rojo pasión, apretado que llegaba hasta unos 10 centímetros de debajo del trasero. Ese vestido era muy provocativo por detrás y por delante. Ese estilo le quedaba muy bien a ella. A mí no.

-Hola, Ali.

-¿Ya has elegido qué ponerte?-Ella y su obsesión por la ropa...

-Que va, estoy entre este vestido beige o este pantalón negro con una camiseta blanca de tirantes.

-¿Estás loca?-Ya empezábamos a discutir otra vez ella y yo por la moda. Esto ya era un poco agobiante.

-¿Por qué? ¡A mi me gusta!-Enojada respondí.

-A ver, esto es una fiesta de adolescentes, no es una comida familiar con tus padres y abuelos. ¿Dónde tenías la cabeza cuando elegiste un vestido extra largo, sin escote, sin que te marque y encima de un color horrendo? Y ahora hablemos del pantalón y la camiseta. ¿A quién has visto llevar eso? ¿A tu bisabuela?

-Pero si es una camiseta y un pantalón normal, no les pasa nada y no lo llevan  nadie antiguo, he visto a tus amigas que a veces también visten así. Y el vestido tampoco está mal.-Me ha enojado lo que me ha dicho. A mí me gusta como visto. Aunque a ella no. A veces a mí tampoco me gusta su ropa enseñando demasiado, pero si a ella le gusta no me meto.

-Vale, lo siento, Joe, no lo dije para enfadarte. Hoy es un día especial para mí, para nosotras dos, y quiero que esteas bien, que te lo pases bien y que te diviertas, pero sobre todo, que te veas bien a ti misma.-A veces era tan terca mi mejor amiga.

-Pero si yo me veo bien a mí misma, con lo que llevo ya estoy contenta.-Este es el punto que ella nunca entendía.

-Ya, pero me gustaría que cambiases de estilo, aun que fuera una vez. Eres guapa, tienes buen cuerpo y un bonito y rizado pelo al que todo el mundo querría tener, si ya lo ves tú misma, vayas donde vayas se quedan mirando tu pelo y te dicen lo bonito que es. Pero por favor, te lo pido por favor, déjame arreglarte yo.

-Está bien.-dije resignada. No me extraña, quién resistiría a esa carita de pena que pone, y encima se te pone de rodillas. Esta tía sabe cómo manipular a le gente. No me extraña que tenga medio pueblo detrás suyo.

-Ueueueueueue-Empezó a chillar otra vez, a lo que mi madre tuvo que subir a echarnos la bronca otro día más.

-¿Qué os pasa, chicas?

-Nada,-dijo Ali- sólo que estamos entusiasmadas de que sólo falta una hora para empezar el viaje hasta la fiesta.-Qué rápida era ella inventando excusas,  todo lo contrario a yo. Mi madre empezó a reírse y  cuando paró nos dijo:

-Ay, adolescentes, cómo son. Aprovechad este tiempo, que no es eterno, y, a propósito, Joe, ¿qué haces aún sin vestirte? ¡Sólo falta 1 hora para que nos vayamos! Ah, por cierto, Alison, vas muy guapa.-mi madre y sus halagos.

-Gracias, señora Hines, usted también va muy bien vestida.

-Por favor, Alison, no me llames señora Hines, eres como de la familia, llámame Sara. Y tú, Joe, haz el favor de vestirte ya, que queda poco.

-Tranquila, Sara, no se preocupe, en poquito tiempo su hija estará deslumbrante.- Acto seguido, Ali me guiñó el ojo.

No. Eso es lo que yo no quería. Que ella me eligiera la ropa a mí. Me empezó a mirar de una forma espeluznante, y antes de que le pudiera preguntar qué le pasa, ya estaba en mi armario sacando toda la ropa.

-¡No me saques toda la ropa tonta que después lo tengo que arreglar yo todo!-Le grité enojada.

-Qué raro, tu diciendo palabrotas malsonantes. Y tranquila, que yo te recogeré luego toda la ropa que hay por el suelo.

Me eligió un montón de ropa mía y hizo conjuntos súper raros, y de todos eso conjuntos que hizo ninguno sirvió, ya sea porque  no me gusten a mí o porque  no le gusten a ella. Al final se cansó de juntarme tanto la ropa y me acabó dando un conjunto suyo, bastante mono, pero no creo que me quedara bien. Eran unas mallas de color oscuro con una camiseta rosa fosforito, me lo probé, aun que no estuviera satisfecha, Ali me obligó a ponérmelo y salir con él, diciendo que me quedaba muy bien.

Después de tanto ajetreo con la ropa, llegó la hora de irse al espectáculo que nos esperaba. Cogimos todo lo necesario para irnos y entramos en el coche. Ya llevábamos una hora en el coche y se nos hacía eterno. Y ni siquiera me había traído un libro para leérmelo por el camino, porque, según mi mejor amiga, nos teníamos que divertir, y no habíamos venido allí para estudiar. Ya cansada de no hacer nada, le dije si tenía algo para que nos distrajera, y me dijo que había traído una de sus revistas favoritas. Odiaba esas revistas, y las sigo odiando. Siempre te dicen consejos inútiles para las niñas descerebradas, como por ejemplo, que pinta uñas o pintalabios te queda mejor, por el signo del zodíaco te dicen los complementos que debes llevar o la ropa más vulgar que haya visto, que vas a la tienda para ver ahí comprarlo y todo es de la talla"S" o "XS", o incluso más pequeña. Le dije que no quería su revista, que preferiría aburrirme, y como sabía que no aceptaría su revista, empezó a leerme los "Tierra trágame", que son las cosas graciosas pero vergonzosas que les ha pasado a gente y lo envían a la página web de la revista. Total, que me lo empezó a leer, y a medida que iba avanzando la lectura, más risa me hacía lo que ponía. De repente el coche se paró indebidamente.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2014 ⏰

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