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Aún recuerda todo lo que pasó ese día, como si apenas hubiera sido ayer.

Recuerda que al despertar, su cabeza chocó contra la cabecera de la cama debido a un mal cálculo de su rutina para levantarse.

Aún con el leve dolor y después de soltar una maldición, se dirigió a su pequeño cuarto de baño. Este conformaba gran parte de su, también pequeña, habitación de pequeño departamento. Y no es que no contara con los recursos para tener más, los tenía. Simplemente a JungKook no le gustaba el hecho de gastarlos en algo tan simple como un techo para dormir.

Tenía el techo, eso era lo que importaba.

Además, con su atareado trabajo, él sabía que si algún día llegaba a tener una propia casa, no tendría ni dos segundos para disfrutar de esta.

Ser uno de los agentes de espionaje del gobierno no es lo más fácil del mundo, claro que no.

Eso lo podía asegurar con sólo verse en el espejo del cuarto. Una herida casi cerrada por ahí, la cicatriz de hace un año por allá. Ya formaban parte de él.

Finalmente, decidió que ver el deplorable estado en el que se encontraba, no era la mejor manera de empezar.

Hace cuatro días que empezaron sus mini-vacaciones. Así es, un agente que se enfrenta día a día con la muerte también tiene derecho a relajarse un tiempo. Aunque claro, siempre que hubiera una emergencia y lo llamaran, él estaría ahí, listo para servir.

La verdad es que el castaño y fornido hombre no disfrutaba esas "vacaciones", había pasado los días enteros dentro de su piso, comiendo y viendo lo que sea que pasen por televisión. Y ya se estaba aburriendo.

Faltaban sólo tres días para que sus lindos días de absoluto desinterés por la vida acabaran, y no quería desperdiciarlos como ayer.

Y el ayer del ayer.

Y el ayer del ayer de ese ayer.

Por lo que abrió su —desordenado y flojo— armario de adulto soltero, sacando las prendas más resaltantes que encontró.

Una camiseta roja oscura, con un estampado de una ¿Banda de rock? Ni siquiera recuerda haber comprado eso, seguro fue un regalo de una de sus tías. Esta era cubierta en gran parte por una chaqueta de cuero oscura, con detalles de metal cerca del cuello y mangas; unos pantalones del mismo material —que se ajustaban muy bien a sus esculpidas piernas— y terminando con unas botas, también de color negro.

Cualquiera diría que es un adulto sin trabajo saliendo a buscar un poco de diversión.

Y no estaban tan equivocados.

Hace casi año y medio que no tuvo ni una sola relación, casi diecisiete meses sin tener ni una sola aventura sexual. Ya se había hartado de estar jalándosela sin poder saciar sus deseos.

Quería enterrar su polla en un buen culo, uno que lo acepte completamente y poder correrse dentro de este.

¿Era tan difícil?

Al parecer sí, su trabajo ocupaba su día (o aveces más) y ni hablar de esas veces en las que se le asigna ir de agente encubierto, si cometía un paso en falso ¡Pum! Todo su esfuerzo y dinero se iban por la borda.

Así que ese día no dudo en salir a cualquier club que se encontrara, buscando la ansiada aventura de una noche.

Al menos así lo planeaba él.

Pasaron las horas, de haber salido cerca de las cuatro y cuarto, terminaron siendo las nueve y media de ese fría y desolada noche.

Había ido de club en club, bar en bar, incluso se había colado en una fiesta, ¡Y no encontraba a nadie que pudiera cumplir sus deseos!

『22:22』  KookMin TS (old)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora