❛ 01 ❜

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—¿Estás aquí, Brahms? —lo llamaste mientras lo buscabas con la mirada.

Si bien él ya casi no tenía el habito de moverse entre las paredes, era soprendentemente silencioso pese a medir casi 2 metros, a veces parecía casi un fantasma, apareciendose de la nada y mirándote.

Te diste la vuelta para seguir buscándolo en otro lugar pero te sobresaltaste al verlo tranquilamente recargado contra la pared. Su presencia seguía siendo, en menor medida algo intimidante, pero era lógico ¿no? te sacaba como dos cabezas y andaba todo el rato pegado a ti con aquella máscara inexpresiva (la mayoría de las veces todavía la usaba, todavía estaba muy acostumbrado)

Una sonrisita se dibujó en tu cara.

—No te escapes más, ya sabes lo que tienes que hacer hoy... —lo agarraste de la mano.

Brahms, molesto, volteó los ojos hacía un lado.

Realmente lo querías mucho, pero te parecía simplemente inhumano que a él le diera completamente igual su higiene. La última vez que se había duchado tuviste que sobornarlo con comida, y pasó hace más de 5 días. Aunque en un principio él inocentemente había tratado de volver el soborno en su contra, mencionando que lo haría únicamente si lo ayudabas, cosa que obviamente no permitiste.

—¿Para qué? —dijo de forma desinteresada.

—¿Cómo qué para qué? ¿No te gusta estar limpio? —preguntaste de forma burlona.

Un suspiro irritante ahogado por la porcelana de la máscara rompió por unos cuatro segundos el corto lapso de silencio entre los dos.

—Que pesada eres con esto.

—Aunque no te guste no te queda de otra, Brahms, una persona normal tiene que bañarse seguido.

—¿Y qué obtengo a cambio?

—Estar limpio, obviamente —te reíste —sabías que su lado higiénico había disminuido gradualmente, pero tenías formas de convencerlo —. Además puedo prepararte de comer lo que tu quieras.

—Eso me dijiste la vez anterior ¿crees qué tengo alzheimer, T/N? —se cruzó de brazos con un gesto de indignación. Abriste los ojos de par en par por su comentario filoso, esta vez no pudiste comprarlo con comida.
Soprendentemente podía llegar a ser un hombre muy directo en determinadas situaciones, rozando lo sarcástico, pero aún así todavía no parecía procesar que tenía que comportarse como una persona de 28 años y el 80% del tiempo mantenía conductas empalagosamente infantiles.

—Bueno, haz lo que quieras, yo no soy nadie para mandarte —te escogiste de hombros y Brahms esbozó una sonrisa triunfante para después acercarse a ti —. Solo no te me acerques tanto ni trates de abrazarme porque... bueno, no hueles tan bien como antes.

Brahms paró en seco y lentamente su mirada se clavó en el piso, ahora si estaba avergonzado, ¿era tan malo? No podía imaginarse siquiera la idea de que no quisieras estar cerca de él por algo así. Era cierto que ya tenía la barba muy desprolija, y polvo en el pelo, y una que otra mancha en su ropa... había perdido la inculcada costumbre de asearse casi todos los días desde que sus padres no volvieron a casa nunca más.
Perdido en sus pensamientos rápidamente te volvió a mirar, quería gustarte y oler a perfume para ti, no iba a permitir que algo tan tonto como eso te alejara.

—Bueno... está bien, lo voy a hacer por ti —murmuró decidido—. Voy a la ducha.

—¡Genial! —sonreíste satsifecha y le diste un abrazo y un beso rápido en la mejilla.

—¿Pero no dijiste que no olía bien? —interrogó.

—Si, pero igual te quiero demasiado.

Por suerte para Brahms, la pieza de porcelana en su rostro ocultó el ligero rubor rosado que habían ocasionado tus palabras.

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No sé si quedó pasable pero buenoo :(
Creo que no es necesario aclarar el porqué del tema de éste primer one shot.
En fin, espero les guste mi mediocridad al escribir y... ni idea, pueden decirme de que les gustaría el próximo y lo tendré en cuenta.

໑࿔. Brahms Heelshire | one shots | PEDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora