Debo decirles que lo siento mucho, los he ahogado con cigarillos, marihuana y con este aire asqueroso de alrededor. Pero lo que mas me apena, es que tengan que sentir todo este aire estrupefacto de la gente.
Ellos botando su CO2 y yo respirándolo. Lo lamento.
Dejaré, el cigarillo, no sé si la marihuana pero tendrán que seguir respirando este sórdido y podrido aire, sudoroso y lleno de las peores virtudes de las personas, con sabor amargo y con una imagen oscura.
ESTÁS LEYENDO
Cartas a la vida.
SpiritualPalabras que siempre hay que decir. Una niña que quiere decir mucho pero tiene tan poco.