Hay días buenos y días malos, para mí los malos abundaban como flores. Pero hoy era un día desastroso, de esos en los que ves un puente y piensas mil maneras de lanzarte de el.
Para comenzar el día me golpee en la frente tratando de apagar la alarma, luego en el desayuno derrame mi café caliente en la blusa de mi tía y para finalizar me trague una mosca con el cereal.
Berkel es una universidad donde encuentras de todo tipo de estudiantes, algunos parecen almas en pena, otros caminan tan deprisa que creo que imaginan que los persigue la suegra, otros simplemente están para soltar feromonas y algunos entierran tanto sus caras en los libros que no se sabe con exactitud si están vivos o muertos.
Los pasillos son un centro de chismes, escuchas desde los rumores mas estúpidos hasta las más perturbadoras historias.
Al entrar al salón de clase me ubico en uno de los asientos del final, no me gusta llamar demasiado la atención.
Mientras me organizo en mi lugar un olor particular entre cítrico y menta capta mi interés, dirijo mi vista al lugar de donde proviene encontrándome con un chico pelinegro recostado en el asiento de al lado. Esta completamente vestido de negro, su tes es blanca y su perfil es bastante llamativo.
Lo analizo por unos segundos mas hasta que su mirada cruza con la mía, sus ojos verdes son tan profundos y sombríos que me obligan a fijarme en otra cosa.
Pasaron las 2 horas mas largas de mi vida, su respiración pesada y el sentir su mirada fija en mi me tenia completamente ansiosa.
Al acabar la clase recojo mis cosas lo mas rápido que puedo y salgo del salón prácticamente corriendo.
Me encuentro con Hanne en la salida de la universidad, hoy es viernes por tanto hay demasiada gente en el club y por ende tenemos que llegar temprano para cambiarnos.
Después de saludarnos caminamos de prisa hacia el auto, Hanne le encanta manejar así que le doy las llaves y comenzamos el recorrido.
- ¿Qué tal tu día? - pregunta la rubia.
- Nada del otro mundo, creo - ¿y tu que tal?
- Accidentalmente le derrame a un chico gigante mi jugo de maracuyá en su camisa - suelta una carcajada - ahora tengo que enviarla a lavar o comprarle una nueva - vuelve a reír.
Continuemos el camino cantando canciones de Maroon 5 y charlando de cosas sin importancia.
Después de unos minutos llegamos al "Club Sweet City" es uno de clubs más conocidos no sólo por su ubicación si no también por ser exclusivo.
El club estaba dividido en varias partes.
La primera sección es de bar y baile donde puedes pasar un rato agradable con tus amigos o pareja, es la zona mas modesta del club.
Luego esta la segunda sección donde se hacen los shows de stripper, allí también hay bar pero las meseras sirven en mini faldas y su torso esta desnudo sólo unas pegatinas cubren sus pezones.
La tercera sección es la sala de shows privados donde las strippers que los clientes pidan bailan en un lugar apartado, obviamente tiene sus condiciones a ellas no se les puede tocar y no se desnudan completamente.
La cuarta es la sección de las chicas de compañía, son 18 habitaciones en total; dieciséis de ellas son habitaciones normales equipadas para todo tipo de necesidades y las dos restantes son para sadomasoquismo.
La quinta y última sección es en el quinto piso, se divide en dos, la sección de los camerinos y la otra parte es el apartamento donde vivo con mis tíos, Hanne y las cuatro jefas de sección.
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SOFOCO ✔️
Teen FictionSu vida un completo desastre. Sus noches un infierno asfixiante. La universidad de Berkel un escape. Unos ojos verdes su curiosidad. Y sus sueños la más bonita realidad. Mi nombre es Dakota Waas y bienvenidos a mi sofocante historia. Abre tu mente y...