HAZME EL AMOR, OLVIDA LA GUERRA

Este One-Shot es mi pequeño agradecimiento a @Nir Kar por su hermoso voto en mi fic Post 9.00 pm participante en Los Juegos del Hambre III del bello grupo "Shhh... SasuNaru NaruSasu".

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En el mundo ninja, a quienes desobedecen las órdenes de una misión son considerados escoria. Pero quienes abandonan a sus compañeros, son considerados peor que escoria.

Es algo que Naruto tuvo siempre muy presente.

Pero, especialmente en el grupo especial ANBU, las órdenes y las amistades eran antónimos. El entrenamiento te preparaba para alejarte de tus emociones lo más posible. Interfieren y son el mayor obstáculo a superar cuando la situación se agravaba. Tu punto débil siempre sería un amigo o... un amor.

Sasuke, su compañero Kojiro y él, habían sido designados por Kakashi para una misión de reconocimiento en los márgenes del país del fuego, en busca de un grupo de ninjas mercenarios que se sospechaba eran de la abandonada Aldea de la Lluvia.

Todo había sucedido con normalidad durante la vigilancia, hasta que se presentó el enfrentamiento al tercer día de ésta.

Los ninjas enemigos eran de muy alto nivel; y si bien Sasuke y él estaban en igualdad de condiciones, su compañero Kojiro —que recién empezaba como ANBU— había descuidado su protección dándole ventaja al mercenario de apresarlo en un jutsu de agua desconocido.

—¡¡Kojiro!! —gritó Naruto mientras evitaba las armas enemigas.

—¡¡Naruto, cúbreme!! —gritó Sasuke quitando del camino a otro mercenario— Voy por él!!

Confiando en las habilidades de su compañero, se interpuso entre éste y otro ninja que intentaba perseguirlo. Ambos iniciaron el enfrentamiento nuevamente lanzándose sus mejores jutsus y armas, hasta que el rubio atacó con un Rasengan directamente al ninja, dándole justo en el estómago.

—¿Qué...? —la anticipada tranquilidad de Naruto se vio anulada al verse envuelto en una pequeña humareda producida por un jutsu de intercambio, dejándolo con un tronco destrozado.

Inmediatamente, su cerebro conectó los hechos y su cabeza giró para encontrar que su oponente había esquivado el ataque para lanzarse directamente hacia la espalda del pelinegro que, concentrado en su propio enfrentamiento, no sintió el peligro que se avecinaba.

Naruto, mientras saltaba para alcanzar al enemigo, sintió que su estómago estaba a punto de llegar a su garganta. La fuerza de su corazón se imponía por sobre su propia seguridad y, como le reclamarían más tarde, sobre la misión.

—¡¡¡NARUTO!!! —el pelinegro gritó deformando su rostro al observar que el cuerpo del rubio estaba siendo atravesado por una afilada espada de agua. Había usado su cuerpo como escudo para protegerlo.

—¡Tsk! Mierda, quería darte a ti —masculló el ninja—. Idiota él por interponerse.

—¡¡SHARINGAN!! —los siempre oscuros ojos se tiñeron de rojo con vetas negras.

En cosa de segundos, Sasuke había terminado con la vida de ése y el otro ninja que había enfrentado antes. Ahora faltaba el que tenía encerrado a Kojiro.

Sin embargo, el jutsu ahora no sólo lo tenía encerrado si no que unas largas puntas estaban creciendo en el interior amenazando con atravesarlo en más de cien formas posibles.

Mirándolo con enrojecida furia, sopesaba sus posibilidades de ataque. Si fallaba, el novato corría peligro de muerte y Naruto nunca se lo perdonaría.

—¿Qué? ¿No piensas salvarlo? Muy bien —declaró moviendo sus manos, activando su jutsu.

—¡¡¡RASENGAN!!!