Capitulo VIII

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Terminamos de estudiar, de escuchar música y era hora de irme o mis padres me matarían por llegar tarde.
-Nos llamas cuando llegues pequeña-era mi segunda madre despidiendome en la entrada.
-¿Segura que no quieres que te lleve?
-Ya lo dije Ryan, quiero que lleves a Lía, se cuidarme sola, además necesito caminar y tomar aire fresco.
-Esta bien... pero nos llamas en cuanto llegues.
-Sí, sí
-No olvides que estamos para hablar, si lo necesitas.
- Sabes que te quiero pecosa.
-Gracias a los dos, estoy bien, solo necesito aire fresco, es todo -sonreí y pareció que se quedarón más tranquilos.
-Los quiero, nos vemos mañana en la escuela.
-¡Con cuìdado! - ese era Ryan gritándome preocupado pues era la primera vez que me iba sola de su casa, siempre me lleva él, llegan antes por Lía y él se ofrece a llevarme a mí pero hoy los padres de Lía no podían, estaban en juntas de trabajo y tardarían en poder ir por ella así que le pidierón a Ryan llevarla a casa.
La verdad no me molesta ir sola, al contrario creo que es buena oportunidad para tomar aire fresco y pensar, a toda chica aspirante a ser escritora le encanta el aire fresco.
De camino a casa ví a una joven pareja caminando con sus manos entrelazadas, se veían tan tiernos, tan cariñosos, tan felices, espero que algún día alguien me pueda amar tal y como soy, con todo y mi timidez excesiva, con todo y mis miedos, mis angustias, mis defectos... aveces es tan raro... ver a las parejas pasar frente a ti, felices, parece que solo son ellos en el mundo, no les importa quien o quienes les ven y eso es tan hermoso, que, siempre que veo parejas ese raro sentimiento de envidia por alguien así se hace presente en mi.

MI ESPERANZA ERES TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora