7. Goenji

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-¿En donde se metieron esos malditos engendros?

En ese momento Haizaki soltó un fuerte gritó mientras tiraba su arco con fuerza al piso. Había estado muy cerca de ellos ¿Cómo fue posible que se le escaparan?

-N-no hagas ruido- murmuró Asuto en un tono que fuera apenas audible para Mitsuru, no podían arriesgarse a que Haizaki los encontrara en aquel lugar; Mitsuru se limitó a asentir mientras intentaba, al igual que Asuto, normalizar su respiración.

Mientras tanto, afuera Haizaki estaba caminando alrededor del lugar, ni siquiera había notado el hueco cerca de ella. Recogió su arco y apretó sus puños con fuerza, se sentía frustrada.

-Mierda... ¡¿Porqué?!- gritó enojada mientras caía de rodillas al piso, sentía ganas de llorar, cada vez le era más difícil capturar a Mitsuru por alguna razón -¡Maldita sea! Así nunca seremos libres- murmuró lo último bajando la mirada.

Su sueño de ser libre con Hiroto cada vez lo veía más difícil de alcanzar, quizás él estaba condenado a quedarse encerrado el resto de su vida y ella estaba condenada a obedecer y acatar cada capricho de Kidou.

-N-no puedo creerlo- dijo Mitsuru en voz baja, procurando que Asuto fuera el único que lo escuchara -¿La perdimos?

-Shhh... Aún no se ha ido- respondió el contrario mientras estiraba sus orejas para intentar escuchar a la cazadora.

En ese momento ella se dio por vencida, se levantó alzando su mirada y comenzó a alejarse del lugar, merodearía un par de horas más por si volvía a ver a los lobos, aunque lo dudaba.

Mitsuru también estiro sus orejas y se quedó quieto para no hacer ningún ruido, oyó unos pasos que se alejaba, soltó un suspiro aliviado mientras se recostaba en la pared de la cueva, estaba agotado de tanto correr y aún no había comido nada.

-Ya se fue ¿Cierto?

Rápidamente Asuto subió la pared de la cueva para poder asomarse por el hueco que había en la parte de arriba de esta; al asomarse miró a su alrededor, al ver que no había señales de la cazadora salió de la cueva.

-¡Ya se ha ido!- se agachó y metió su garra por el hueco esperando a que Mitsuru la tomara para ayudarlo a subir.

Mitsuru escaló la pared para poder alcanzar la garra de Asuto y una vez la tomó este le ayudo a subir.

-Gracias por ayudarme a esconderme de la cazadora. De verdad lamento que te hayas visto involucrado en esto dijo Mitsuru un poco apenado y con la mirada desviada hacia otro lado -pero... Aún no puedo creer que no sea el único lobo en el bosque... Digo, nunca te había visto.

-¡No te preocupes por eso!- Asuto soltó una risita y comenzó a mover su cola, se le veía muy emocionado -¡A mi me alegra saber que ya no soy el único de nuestra especie!

-De verdad se me hace extraño el no haberte visto antes por estos lugares.

Las mejillas de Mitsuru se habían puesto un poco rojas, el chico se le hacía muy tierno, aunque de cierta forma le gustaba, hasta le recordaba un poco el comportamiento de Hikaru algunos años atrás.

-No suelo estar por estos lugares, de hecho...- respondió Asuto ladeando un poco su cabeza -Vivía en una parte más alejada del bosque, ya sabes lo extenso que es.

-Entonces... ¿Que hacías antes e que nos tropezaramos?- Mitsuru comenzaba a sentir curiosidad por el contrario, quizá por que lo había salvado de la cazadora o simplemente por el mismo hecho de que eran de la misma especie. Lo que fuera que generara esa curiosidad no le importaba de momento.

-Yo... Vivía con mi madre.

-¿Vivías?- se le hacía raro que el chico hablara en pasado -Acaso ¿Le pasó algo?- se atrevió a preguntar pero casi de inmediato cayó en cuenta de que no debió hacerlo, quizás era algo que el contrario no quisiera mencionar, algo que no hablaría con alguien que acababa de conocer o que lo que fuera que le hubiese pasado era algo reciente -disculpa... No debería entrometerme en eso- bajo un poco el tono de su voz a la vez que también bajaba su mirada.

|FINALIZADO| Sangre De Cazadora [Inazuma Eleven AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora