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TWELVE SOFT TO BE STRONG
(CROUCH CLAIMS)
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A BRIAR LE TOMA MENOS DE cinco minutos enterarse de su abuelo, dos chicas lo mencionan mientras pasan a su lado, las dos teorizan sobre lo que podría haberlo matado. Sus cejas se fruncen y oye a alguien más decirlo. Crouch está muerto. Su abuelo fue encontrado cerca del lago, despedazado, la misma noche en que se convirtió en un monstruo. Las cosas se acumulan en su cabeza sin siquiera pensarlo dos veces, y puede sentir su corazón destrozado, doliendo tanto por lo que le hizo a su abuelo... Ella lo mató, ella lo mató...
Briar no sabe qué hacer consigo misma. Está en shock. Anoche, todo se caía a pedazos, pero no esperaba que esto pasara... No esperaba matar a su propio abuelo, el hombre que la crió. No puede negarlo ahora, ¿verdad? Realmente es un monstruo.
Alguien pasa a su lado y Briar lo oye decir:
—Oh, esa es su nieta... él fue asesinado anoche.
Y Briar se siente mal del estómago. No lo asesinó, lo mató. Asesinar suena como si lo hiciera un humano. Y no fue uno. Fue un monstruo. Briar Crouch es un monstruo...
Comienza a caminar de vuelta al carruaje. No sabe qué hacer. Parte de ella quiere abandonar el colegio en este instante. Parte de sus deseos quiere que la hubieran matado la noche anterior, tal vez un mago que viera a la mujer lobo en la Casa de los Gritos y decidiera ponerle fin. Solo desea poder regresar y cambiar esto. Y sabe que no puede, pero no sabe qué más hacer. Mató a su abuelo. Despedazó a su propio abuelo.
Briar dobla la esquina, el pasillo con el arco que conduce a los terrenos, hacia el carruaje. Hay menos gente ya que se aleja, se vuelve más doloroso cuando dobla la esquina y ve al chico del que solía ser amiga. Pero ya no...
