...

36 1 0
                                    

Me desperté muy temprano por la mañana del viernes, para ser exactos 7:30. Llevaba mucho tiempo que no veía un amanecer así, ver el sol entrar por mi ventana, mirar mis piernas cubiertas con la sábana y con unas enormes ganas de levantarme.

Hice mi rutina diaria, lavarme la cara, mojar mi cabello, maquillarme, vestirme y desayunar. Por ahí de las 8:15, mis padres estaban esperándome en la camioneta para llevarme a la escuela. Cabe aclarar que no sería un día normal de escuela, en si no tendríamos clases, solo pequeñas actividades relacionadas a la "cultura".

Llegue a la escuela lista para ver a mis amigas y entrar a la actividad, sin embargo insistí en ir primero por el pasillo principal donde sabía que ahí estaría mi amor "imposible" Adrián, (mi amigo y compañero de aula). Lo vi diferente, pero mejor que cada día.
Fue algo rápido, estaba ocupado como para saludarlo, así que fuimos al salón donde sería nuestra actividad...
Pasó el tiempo hasta que terminó la actividad. Mis amigas y yo estábamos tan emocionadas por lo que habíamos hecho, sin embargo, cuando salí del aula, me sentía un poco extraña, el día se había tornado opacó, el cielo estaba gris, se podía notar que pronto llovería.
Bajamos las escaleras y nos dirigimos hacia el pasillo principal, estaba tan emociona de ver al chico que me gustaba de nuevo, y ahora si saludarlo, pero aún me sentía rara, sentía como una presión en mi pecho. Logre saludarlo, pero lo notaba distinto, estaba un poco de pesado lo cual no era muy raro de él, pero igual se me hacía extraño.
Pasado un poco más el tiempo, mis amigas de antes y yo, decidimos ir a otra actividad para matar el tiempo y posteriormente irnos a nuestras casas.

Cuando bajamos las escaleras después de ver esa actividad, vi algo que captó toda mi atención, ¡EL CHICO QUE ME GUSTA ESTA CON UNA CHICA!, no pude evitar ponerme nerviosa, mis amigas lo notaron igual, así que podían entender lo incómodo que era para mi. Decidí ponerme de espaldas de aquella situación y hablar con mis amigas, aunque una de ella nos comenzó a decir lo siguiente:

-No se quien sea ella, pero esta aquí desde la mañana hablando con el, veo que se ríen mucho, que la abraza y todo, pero no e querido preguntar.

Créanme, eran las palabras suficientes para yo querer voltear a ver lo que pasaba (un grave error).
Comencé a quedar un poco roja ante la situación, mi otra amiga nos dijo que mejor nos fuéramos a otro lugar.
Nos comenzamos a ir hasta que vino una amiga más para pasear por la escuela o algo así, aunque no había mucho por hacer, así decidimos volver de nuevo donde estábamos, pero ahora se acercó mi amigo Gael para decirnos:

-¡Oh te lo están quitando!-Refiriéndose al chico que me gustaba y con un tono burlesco-

Solo respondí con una sonrisa nerviosa y nos fuimos a buscar un poco de agua.
Yo en ese momento ya no me encontraba tan bien, sentía que el corazón me saldría en cualquier momento, podía sentir como mis mejillas quedaban calientes, pero igual ignore la situación.

Minutos después, cuando estábamos regresando al lugar de antes, Gael se acercó de nuevo a decir otra cosa:

-¡Oh! Esta con todo, esta ligando bien duró, hasta la chava ya le pidió su numero. -Se ríe y se burla-

¿Su número? ¿Enserio? Ahora si, esto fue "la gota que derramó el vaso", al escuchar estas palabras pude sentir un estruendo en mi cabeza, como mi corazón latía cada vez más fuerte, mis mejillas rojas y caliente como antes, mis ojos húmedos...
Cuando mi amigo dijo eso, yo podía ver al fondo a Adrián con esa chica, no podía aguantar aquel ataque hacia mis sentimientos, una amiga de alguna forma se dio cuenta y pregunto:

-¿Estás bien?-Mirándome preocupada-

Esa pregunta fue la decisiva, la que permitiría a mis lágrimas salir con locura, pero no pude quedarme sin decir:

-No... -dije negando con mi cabeza, la voz entré cortada y bajando la mirada-

Regrese atrás donde había un baño, de camino iba llorando sin parar, era un dolor muy fuerte, y no podía pensar en otra cosa que no fuera en él y ella.

Entre al baño a encerrarme, a llorar y llorar como estupida. Por un momento deje de escuchar a mis amigas, me alegraba de cierta forma porque así no me cuestionarían y podría llorar en paz.
Pasado un par de minutos después, logré escuchar mi nombre, lógicamente eran mis amigas preguntando por mi, salí de aquel baño secándome las lagrimas, pero ¡oh vaya sorpresa! Frente a mi estaba él, si exacto, el chico que me gusta y por el cual estaba llorando como si se hubiera fallecido alguien. Pero ¿y qué hacía el ahi?
Mi primera respuesta en la cabeza fue "mis amigas le fueron a decir", sin embargo no fue así (eso lo sabré después).

-¿Qué te pasa? -Me pregunto siguiéndome-

En ese momento mi única respuesta fue:

-No te quiero ver.-Dije sollozando-

¡Oh si! Fue como esas peleas de parejas que cuando te encuentras a tu novio con otra y estas molesta, pues de esa forma le respondí, sin embargo, en mi defensa, le dije así porque si lo veía lloraría más y era algo que realmente no quería.

Seguí caminando hacia algún lugar lejos de las personas, de mis amigas, y de él.
Podía sentir sus paso detrás mío, siguiéndome y preguntándome constantemente "¿qué te pasa?". No quería responder a esa pregunta y lo que me quedaba decirle era:

-Vete, déjame sola, ve con ella que te está esperando para hablar, no importa como esté.

Pero, estaba muy de insistente, no dejaba de seguirme y de preguntar.
Logre detenerme en un banco que por suerte estaba vacío y no había mucha gente a su alrededor. Me senté y... ¡si! El también, y a un lado mío.

-¿Qué te pasa?

-¿Desde cuando te importa?

-Me importa porque eres mi amiga.

-¿Y qué hay con eso? No deberías estar aquí.

-¿Y porque no? No me gusta saber que estas mal.

-Da igual, regresa con ella que debe de estar preocupada por ti.

-¿Hablas de la chava? -Se ríe- ni la conozco, solo me pidió mi número, pero ¿y quien dijo que no la voy a bloquear después de que hablemos? No me interesa.

-Si pero... ¿y qué haces dándome explicaciones? Ni que fuéramos nada como para que me tengas que decir esto.

-Es que quiero que te sientas mejor y más tranquila.

-Estoy bien, no pasa nada con ella.

-¿Entonces que tienes?

-¿Enserio lo quieres saber?

-Pues si, para eso estoy aquí.

-¡Porque me gustas mucho, y me cuenta entender que no somos nada! Y me frustra no poder superarte...

Después de aquella confesión no dijo nada más que reírse un poco, en este momento no sabía si realmente quería que esa fuera su reacción, o si quería que dijera algo al respecto, pero de igual forma me había hecho sentir mejor el haber dicho eso.

-Ven, vamos con las demás, hay que divertirnos. -lo dice mientras se paraba-

-No quiero ir a ningún lado, quiero estar sola. -Dije mirando el suelo-

-No te voy a dejar aquí y menos así. -me da su mano para que me pare-

-¡No quiero ir! Entiende.

Me tomo del brazo jalándome para que me parara, realmente no podía ni verlo, sentí que lloraría más, además, en mis brazos sentía un hormigueo por querer abrazarlo y no soltarlo, tenía tantas ganas de besarlo aunque, obviamente no tuve el valor de hacerlo.
Aunque ganas no me faltaron...

El día que la vio llorar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora