Una luz enceguecedora fue lo que vio al despertar de un largo y angustiante sueño inducido. Estaba recostada de espaldas, en una burbuja de cristal que estaba conectada a muchos cables de múltiples colores y tamaños. Trato con sus manos de romper el vidrio al apoderarse de ella la desesperación, la ahogaba ese claustrofóbico lugar pero desistió al comprobar que era imposible.
Sus gritos se ahogaron al ver acercarse a su padre.
Con un delantal blanco, observaba a la muchacha tendida e inmovilizada. Tenía su mirada tan fría como la de Isabela y eso le destrozo el corazón. De su madre podía creerlo pero de él... era doloroso, tan doloroso que lo miro directo a los ojos tratando de desentrañar sus pensamientos. Él con una disfrazada indiferencia la observaba de reojo.
— ¡Papá!—grito de repente ella y le pareció que por instantes, Joel se estremecía, como si esa palabra tocara su fibra más sensible, sucumbía, fue su impresión.
Mirando hacia los lados y procurando que no lo vieran hablarle, agrego.
—Hija, tranquilízate... no te haremos daño...
— ¡Eso es mentira! ¿Por qué haces esto conmigo?—volvió a decir mientras lloraba de rabia.
—Hija, yo...— pero en ese instante, apareció otro hombre desconocido que con un micro computador, registraba cada uno de los datos que las maquinas parecían arrojar.
— ¿Donde está Edgar y Ryuchi y Vincent? ¡Dímelo, por favor!, ¡papá!—volvió a gritar pero él ya se alejaba.
Al verla así por primera vez, lo conmovió profundamente. Sabía que sería difícil pero nunca pensó que tanto. Escapó de ahí atormentado e impotente.
Por una extraña razón que no podía aceptar, separarse de aquel desconocido ser que por años había representado sus más ambiciosos sueños y recuerdos, hería terriblemente. Sus objetivos siempre habían estado claros, hasta ahora, que el peso de aquel cariño cultivado por años, lo aplastaba impetuosamente y el conflicto se apodero de él con fuerza, de un momento a otro ya no quiso hacer eso, quiso ayudarla. Quiso liberarla pero no sabía cómo sin que eso implicara sacrificar su propia vida ¿estaba dispuesto a eso por ella?
Estaban en ese momento en una de las colonias, en el laboratorio exterior del Conglomerado que había esperado por años a la muchacha.
Se sabía que el despertar de su poder era más probable si ella estaba cerca de su hábitat natural. Mientras más cerca de las estrellas, más su naturaleza la llamaría y ese era el momento justo para atraparla en todo su superior y omnipotente poder, el justo momento para desentrañar su origen milagroso y descubrir el secreto del Cosmos escondido en su interior.
La chispa de vida.
En un oscuro cuarto, silencioso y vacío, ambos se despertaron. La cabeza era una pesada piedra producto de los medicamentos que les habían obligado a absorber.
No sabían donde se encontraban ni como habían llegado hasta ahí. De repente Ryuchi, que al parecer había despertado antes que el muchacho, agrego.
—Estamos en el espacio...
— ¿Qué?
—Si, reconozco la sensación, muchas veces estuve aquí presentándome...—hablaba con su mirada perdida, llena de nostalgia y contrariedad.
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Tres en la luz
Ciencia FicciónEl planeta esta devastado. La población mundial se resguarda en Cidomos que los protegen de la sequedad de la tierra y de la contaminación impregnada fuera de ellas. La única esperanza de la humanidad es encontrar una nueva forma de energía que sea...