Capítulo I. Dicen que el cielo es azul

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El sonido de los coches tocando el claxon hace que mis ojos se abran como dos persianas descompuestas; lentamente y sin coordinación. Al levantarme de la cama, dolores punzantes se esparcen desde mi cerebro hasta mi parte trasera del cuello. La luz del sol entra por el balcón que da a las escaleras de emergencia y alcanza a rozar mi cara, dándome una sensación cálida al mismo tiempo que aumenta el dolor de cabeza. Una maldición se escapa de mis labios. Lentamente me dirijo a la cocina donde se encuentra mi dulce coneja, Cuddles, devorando su pastura. Prendo la cafetera y sirvo un poco de agua dentro de ella. Abro la lacena y estiro el brazo para lograr alcanzar la arrugada bolsa de café que está siendo cerrada por una pinza de color amarillo. El color tan chillante aumenta mi jaqueca.
Después de preparar el café, enciendo el agua de la regadera, teniendo la esperanza de que el agua fría despeje mi mente. Con mi ropa en el suelo, entro a la ducha y me quejo al sentir el agua tan helada contra mi piel.

...
"Estas demente, ¿lo sabías?" La oración sale mis labios abruptamente después de oír la proposición de mi amigo Erick.

"¡Es un trabajo fácil! Además, ganarías demasiado dinero." Dice Erick mientras toma un sorbo de su cerveza. Son las 10:47 de la mañana y para él tomar alcohol desde temprano es de lo más normal.

"¿Ser una asistente del hijo de un millonario que vive en Canadá? ¡Eso no tiene nada de fácil! Tendría que dejar mi vida en Nueva York para ir a servirle café a un niño malcriado. No pienso hacerlo. No, no." Las últimas palabras se escuchan golpeadas dado a que la insinuación de Erick me había molestado un poco. Ningún trabajo es fácil. Especialmente uno donde tienes que cambiar de país.

"Okay, número uno: la familia Raven pagaría por el transporte de todas tus cosas y el sueldo no se compara con lo que ganas ahora, Ginny. Trabajas en un restaurante de mesera y ganas $7.25 la hora. Los Raven prometieron darte $2,000 al mes."

"$7.25 mas propinas" agrego. Erick solo rueda sus ojos.

"Como sea. Número dos: no tienes familia, yo soy lo más parecido a un hermano en tu vida. No tienes nada que perder. Podrás seguir estudiando en línea. Esta oportunidad no se presentará de nuevo." Erick deja caer su mano sobre la mesa, claramente agobiado.

"¿Y porque no vas tú?" Pregunté curiosa.

"Shawn quiere que su asistente sea mujer."

"Ugh. Machista" Mis labios se curvean revelando una mueca.

"Shawn Raven es una persona demasiado poderosa, te recomiendo que guardes tus insultos." Dice mirando a su alrededor como si buscará por cámaras escondidas.

"Si decido hacerlo, ¿cuándo tendría que irme?"

"Mañana mismo." Contesta mientras que reclina su espalda en el asiento. "Si dices que sí, hoy mismos hablaré con el Timothy Raven, el padre de Shawn, para comunicarle tu decisión."

...
Erick y yo subimos la última maleta al trailer que habían mandado los Raven por mis cosas. Con Cuddles en mis brazos, tomé asiento arriba del coche negro que había estado esperándome por 3 horas afuera de la entrada de mi edificio. El chofer solo miro sobre el retrovisor y asintió con la cabeza. Erick estaba recargado en mi puerta, metiendo la cabeza por la ventana para despedirme con un beso en la mejilla.

"Estarás bien Ginny." Fueron las últimas palabras que le oí decir antes que el coche arrancara.
...
Dejé a Cuddles a un lado y me puse a mirar la ventanilla con mis dos brazos bajo mi piocha. El aire hacía que mi cabello volara en una manera que si cerraba los ojos, podía jurar que estaba volando. Abrí mis ojos lo poco que el aire me permitía y observé el cielo. No había ninguna nube. Estaba completamente azul. El color azul más impuro que halla visto en toda mi vida.


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A.R.⚔️

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