Capitulo 1

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YO NO LE TEMO A LOS PAYASOS

CAPITULO 1

-¡Viene el circo, viene el circo! mi hermanito entró corriendo a la cocina todo entusiasmado. Yo trataba de masticar una tostada demasiado quemada, mi madre al parecer se olvidó del tostador.

-¿Eso que tiene de interesante? gruñí.

-No hables con la boca llena, me regañó mi madre mientras le servía mas café a mi papá que no levantó la vista de su periódico.

-¡Viene un circo! repitió mi hermanito

-¿Me llevarás papi?

-Sólo si te portas bien Timmy, le contestó mi padre revolviéndole el cabello.

Yo blanqueé mis ojos, no le creía ¿Porqué demonios vendría un circo a un pueblito de mala muerte en donde nunca pasaba nada?

-Timmy, el autobús, mi madre apresuró a mi hermano a salir

Mi padre cerró el periódico, miró su reloj, apuró su café y salió disparado también.

-¿Te acerco a la escuela? me preguntó, yo sonreí, ni loca iría en ese auto de los 70 a mi escuela.

-No, Clary pasará a buscarme, caminaremos, solo son ocho cuadras, sobreviviremos, le contesté sonriendo.

-Como quieras, me dijo mi padre cabizbajo, él tenía la idea de que yo me avergonzaba de ser vista con mi papá, cuando en realidad solo me avergonzaba que los chicos me vieran en esa chatarra oxidada de auto.

-¡Nataly, Clary ya vino! me gritó mi madre desde la sala.

Nos despidió a todos con un beso, Clary me sonrió y me saludó.

-¿Te enteraste de lo del circo?

-¿Tú también con eso? contesté exasperada.

-¡Hey! yo quiero ir, me parece súper interesante ¿acaso a tí no? o es que a tus catorce años te sientes lo suficientemente "adulta"para el circo? Clary enfatizó con los dedos como si fueran comillas cuando dijo adulta.

-¡Ah, por favor! ¿en serio Clary? somos grandecitas para un circo.

Creo que herí sus sentimientos porque mi amiga bajó la mirada entristecida, olvidé que lo de la madurez era un tema tabú para Clary porque a sus catorce años aún no se había desarrollado. Traté de sonar menos brusca y le comenté que si ella quería ir la acompañaría. Eso pareció alegrarla porque volvió a tener la misma emoción a cuando mencionó lo del circo.

-¿Y dónde es que armarán el circo? pregunté tratando de parecer entusiasmada, fallando miserablemente, pero si Clary lo notó simuló no darse cuenta.

-En la vieja granja de la señora Stuart. ¡podríamos pasar por alli y ver si ya comenzaron a armarlo!

No queriendo herir mas sus sentimientos accedí a regañadientes, sólo debería caminar dos cuadras de mas, pero que mas daba.

Traté de ver el lado positivo de todo, tal vez este circo fuera como el cirque du freak de Darren Shan, con fenómenos y todo eso, pero al doblar la esquina vi lo que era en realidad.

Dos carromatos, 2 casas rodantes y un camión desvencijado estaban aparcados en el descampado, un león viejo estaba descansando en una jaula, un tipo musculoso bajaba fierros y chatarra, o eso me pareció, había enanos a montones, "enanos" suena feo, creo que se les dice "personas pequeñas" ahora, una mujer con una falsa barba sacudía una andrajosa sábana, al fondo de todo vi que ya habían levantado una enorme carpa vieja y descolorida, era rayada, de dos colores y aunque me esforcé, no pude identificar de que colores se trataba, me parece que verde musgo y azul, esto sería una porquería, volteé mi rostro para observar a Clary, tal vez la pobre se desilucionaría, pero yo le advertí que lo del circo no iba a ser una buena idea en el pueblo, sin embargo, mi amiga miraba maravillada todo y ya estaba sacando fotos con su viejo nokia.

-¡Es genial! ¿no crees?

-Si, dije poco convencida.

Caminamos rápido a la escuela, si llegábamos tarde nos regañaria la profe de literatura, que a pesar de enseñar se tomaba el trabajo de ser portera y controlarnos la llegada. Clary parloteaba sobre el condenado circo como si en realidad fuera algo supremo, trato de pensar en como decirle que no demuestre ese interés por ese circo en la escuela o nuestros compañeros se burlarían, pero no tengo tiempo de decírselo, el timbre sonó y corrimos adentro.

-¡Buen día alumnos! guarden sus carpetas, hoy tenemos exámen sorpresa, nos dijo la de geografía, lo que me faltaba y yo que no tengo estudiado nada.

Después de mi catastrófico exámen del que estoy segura desaprobé, me dirijí a la biblioteca, no porque fuera estudiosa sino porque era el único lugar con aire acondicionado, la señora Hans me miró a través de sus lentes bajados sobre el puente de la nariz, le sonreí compradora y tomé el primer libro que encontré, "el hombre en la antigüedad" ¡que divertido! pensé.

Clary me hace señas desde un rincón, está rodeada por un pequeño grupo y les está mostrado orgullosa algo de su móvil, por favor, que no sean las fotos, me acerqué a ella y... ¡demonios, sí eran las fotos!

-¡Hey! saludé tratando de sonar entusiasta, el chico que me gusta está allí.

-¡Hola Nataly! me dijo Harry. Solté una risita estúpida, Dios, que patética debí parecer.

-¡Qué buena idea lo del circo! ¿No te parece?

¡Oh, no! ¿él también? no supe que contestarle así que sólo me le quedé mirando como embobada.

-Nosotras iremos, dijo Clary tratando de salvarme de mi estupidez.

-¡Grandioso! nosotros también ¿verdad Amy? Harry codeó a su hermana mientras hablaba, Amy contestó afirmativamente moviendo su cabeza, estaba ocupada enviando mensajitos de texto vaya uno a saber a quien.

-Podríamos ir todos juntos, opinó Clary, yo estaba callada, Harry tenía el poder de dejarme muda cuando estaba cerca mío.

-Es una buena idea, Amy seguro llevará a su novio y yo llevaré a un amigo tambíen, así seamos mas, Harry me sonrió y yo sólo atiné a asentir con la cabeza, ¡que estúpida que soy!

Nos quedamos un rato charlando, al menos intenté hacerlo, hasta que llegó la hora de literatura.

Después de dos horas de calvario, el timbre de salida sonó, cuando salíamos, un grupo de alumnos estaba alrededor de alguien, nos acercamos curiosas a ver que traía tanto barullo.

Un hombre, un payaso hacía cabriolas cada vez que entregaba un folleto, los chicos reían como niños, asombrados de ver a un tipo con ropa ancha y colorida y con la cara pintarrajeada, a mi me daba asco, no me llamaba para nada la atención, se acercó a mi e hizo sonar su nariz roja y redonda ¡nip, nip! mientras que con la otra mano me tendía un folleto, como no hice movimiento alguno de tomarlo, Clary lo hizo por mi.

-¿No estáalgo mayor para hacer esto? le espeté enojada al payaso, el tipo me sonrió perversamente, creí distinguirle unos dientes afilados, me dió miedo, me alejé retrocediendo y corrí con Clary y el grupo que se alejaba también en la misma dirección.

-¿Viste los dientes de ese sujeto? le susurré a mi amiga.

-¿Qué tienen sus dientes? me miró extrañada.

-Los tenía afilados, le comenté.

-¿Afilados como vampiro?

-No, mas bien como las pirañas, asi de escalofriantes.

Clary no pudo evitar reírse.

-¿Acaso le tienes miedo a los payasos? me preguntó medio burlona.

-¡Yo no le temo a los payasos! lo dije medio gritando ocasionando que algunos voltearan a verme.

-Yo no le temo a los payasos, volví a recalcarle a mi amiga mas despacio.

-Si tú lo dices, me dijo Clary ofendida, no quise gritarle pero me enfadó que creyera que yo era una miedica.

Tratamos de cambiar de tema y hablar de algo mas neutral mientras caminábamos, no pretendía pelearme de mi mejor amiga por un estúpido malentendido, aunque yo siguiera medio enojada.

-No vemos luego, me dijo cuando llegamos a mi casa y se alejó.

-Si, como sea, dije entrando.

YO NO LE TEMO A LOS PAYASOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora