Capitulo 2

408 28 6
                                    

CAPITULO 2

-¡Qué estupidez! me dije a mi misma mientras me servia mas jugo de naranjas, estaba algo nerviosa, me encontraba sola, mis padres salieron a cenar y mi hermanito fué a dormir a la casa de un amiguito.

¡Estupido circo, estúpido payaso! ¿cómo pude ser tan tonta e imaginarme que ese tipo tuviera dientes filosos? me avergoncé a mi misma al contarle a Clary mi demasiado estúpida imaginación, tengo que dejar de ver "viernes de terror" en la tele.

¿Mira que creer en un payaso tenebroso? ¡Idiota! si Harry se enterara ya no volvería a mirarme, demasiado me avergüenzo con mi forma de quedarme callada cuando él está presente como para tener que agregarle tenerle miedo a los payasos.

-¡Yo no le temo a los payasos! dije en voz alta enojada conmigo misma, era absurdo pensar algo así, ademas...

¡nip, nip!

El miedo me paralizó, mi corazón se saltó un latido y mis manos se pusieron frías, me dió escalosfríos en todo el cuerpo.

¡Oh Dios mío! eso se oyó como el ruidito que hizo el payaso con su nariz. Volví a respirar cuando mis pulmones me reclamaron oxígeno, no sabía que estaba reteniendo el aliento.

-¡Ah, por favor! no seas tonta, me dije a mi misma, y como todo el mundo cuando le da miedo algo traté de parecer indiferente comencé a cantar una canción de Beyoncé, me puse a limpiar la mesa y bailaba al ritmo de mi música, sonreí, que imaginación la mía...

¡Nip. nip!

¡Ah, no! me quedé muda, solté el trapo y me puse a escuchar, mi corazón latía a mil, estaba agitada, los vellos de mi nuca se erizaron, así, como cuando alguien...o algo te observara.

Tomé un enorme cuchillo y me puse en un rincón de la cocina, asi con ambas paredes nadie podría agarrarme por detrás.

Me maldije mentalmente por dejar mi móvil sobre la mesa, dí tres pasos rápidos y lo tomé de prisa, marqué rápido el número de papá.

-¿Nataly, que pasa cariño? contestó mi papá

-Creo que hay alguien en casa, susurré muerta de miedo.

Mi papá se puso frenético, escuché de fondo como le decía a mamá que llamara al 911 desde su móvil.

-¡Nataly, cariño, no cortes! ya vamos a casa, solo son un par de cuadras ¡háblame!

Yo realmente estaba muy asustada, no sabía que podría decirle, el miedo me tenía paralizada, lo mas lógico sería despedirse ¿o no? tal vez nunca mas volviera a ver a mi familia, a mis amigos, a Clary y a Harry, comencé a llorar aterrada, aunque traté de no sollozar, no fuera que lo que sea que hubiera allí me escuchara.

El fluorecente de la cocina comenzó a parpadear, la ventana se abrió de golpe dejando entrar un viento fuerte.

-¡Por favor Dios, que sólo sea el viento! rogué interiormente.

Empuñé el cuchillo firmemente, era lo único que tenía para defenderme.

De pronto una idea horrible me asaltó ¿Y si lo que había alli no fuera corpóreo? de nada me valdría un cuchillo. La luz se apagó tan de repente que solté mi cuchillo de puro nervio, mi arma blanca hizo un ruido tintineante cuando cayó al suelo, me agaché de prisa tanteando en la oscuridad, traté de ayudarme con la luz de mi móvil.

¡Lo encontré! suspiré aliviada, levantándone rápidamente enfoqué mi móvil hacia adelante, vislumbré a una persona en la puerta, y juro que grité como nunca antes en mi vida, creo que dañé mi garganta.

La luz volvió tan de repente como se fué, miré horrorizada hacia la puerta...No había nadie.

Escuche la llave en la puerta principal, mis padres entraron corriendo y llamándome a los gritos, fué papá quien me encontró paralizada en la esquina de la cocina, aferrada al cuchillo y al móvil como si la vida dependiera de ello, que en mi caso, sí dependía de ello.

-¡Nataly! mi padre me miró asustado y luego le gritó a mi mamá que yo estaba en la cocina.

Solté el cuchillo y corrí a abrazarme a mi papá, lloré como niñita pequeña y comencé a temblar. Mi papá a cariciaba mi cabello consolándome y pregúntándome que había sucedido. Le conté todo desde el principio, me miró asombrado, decirlo así sonaba estúpido hasta para mí misma, asustarme porque creí haber escuchado sonar una nariz de payaso.

Creo que para mis padres fué vergonzoso explicarle a la policía cuando llegó lo que había pasado, sin embargo, un oficial se ofreció a controlar la casa y aunque buscaron no se encontró nada faltante ni a nadie, fueron imaginaciones mías, como escuché que el hombre de azul le decía a papá.

-¿Su hija a estado estresada o preocupada por algo? preguntó el hombre y escribía algo en una libretita.

-No, ella es una chica normal, dijo mi mamá, yo seguía escuchando un poco escondida.

-¿Drogas? ¿malas amistades?

-¡No! por supuesto que no, mi papá se escuchaba enfadado.

-No se exalte, es rutina preguntar, dijo el policía.

-¿Su hija toma algún medicamento? insistió el oficial.

No quise escuchar mas, me acurruqué como una pelota en el sofá. Al rato mis padres volvieron y tuve que contarles todo una vez mas, me estaba cansando que me miraran como si estuviera loca.

-Cariño, creo que te imaginaste todo, mi madre palmeó mi mano.

-Si, como sea, dije enojada, era sorprendente que mis padres no me creyeran

Subí a mi habitación, sólo quería dormir y olvidarme de todo. Cepillé mis dientes, me puse mi pijama y me acosté, cuando quise apagar la lámpara ví sobre mi mesita un folleto, me asusté, era el mismo que el payaso me ofreció pero que yo no quise recibir, fué Clary quien lo tomó en mi lugar ¿Cómo es que hay uno en mi mesa?

Lo tomé con manos temblorosas y lo leí: "SENSACIONAL CIRCO MEDIANOCHE

Ven a divertirte con nosotros

Conoce a nuestros pequeños payasos

Al hombre mas fuerte del mundo.

A la única mujer barbuda viviente.

A Robert el domador y a Marvin el león

Nuestra principal estrella TOTO EL PAYASO

Gran función éste sábado a hs 19:00 ¡NO FALTES!"

"Toto el payaso" repetí susurrando temiendo que dicho payaso hiciera acto de presencia en mi habitación.

-¿Qué clase de nombre es Toto para un payaso? murmuré enojada, odiando al maldito circo y al maldito payaso. La ventana se abrió de golpe dejando entrar un fuerte viento, grité aterrada, me dió un susto de muerte. Mi mamá entró asustada y me preguntó que había pasado, yo estaba medio oculta debajo de la sábana como niñita miedosa, juro que fué inconciente.

-La ventana se abrió, dije y me sentí estúpida.

-No hay problema, es el viento, dijo mi madre y se apresuró a cerrarla.

Asentí agradecida

-Tal vez fuera mejor que mañana no asistas a clases, descansa un poco, mamá me miraba medio con lástima.

-¿Quieres que deje la luz encendida? me preguntó dubitativa. Me avergonzaba decirle que si así que terminé diciéndole que la apagara. Mamá se marchó y dejó la puerta entreabierta, la luz del pasillo entraba a mi habitación, le agradecí mentalmente ese gesto a mi mamá, las madres lo saben todo y estoy segura que la mía se dió cuenta de lo miedica que me estoy volviendo.

Me acomodé en mi cama y traté de dormir.

YO NO LE TEMO A LOS PAYASOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora