¿Subiste de peso?

6.2K 538 63
                                    

USA naturalmente era de una delgada y, francamente bonita complexión que era fácil de admirar cuando este tendía a vestir con jeans y playeras ajustadas; aunque, en los últimos días había logrado notar el repentino cambio en ese tipo de vestimenta pues ahora se podía ver al país de 50 estrellas utilizando pantalones deportivos y sudaderas holgadas, no iba a negar que tal hecho hizo despertar su curiosidad, claro que tenía una teoría del porqué de ello.

—USA... —murmuró el eslavo para llamar la atención del contrario y con total desfachatez le abrazó sin prisa desde atrás; deslizó sus manos por los costados del cuerpo del de lentes de sol, colando ambas manos por debajo de su sudadera hasta llegar a su estómago y acariciarlo —¿Subiste de peso?

Estados Unidos no tardó en pegar un brinco sorprendido y alejarse con rapidez de él. —¡¿Qué haces, imbécil?! —acomodó sus ropas y se giró para mirarle indignado, el ruso no hizo más que sonreír con tranquilidad.

—¿Qué? Nada —pequeñas risitas escaparon de sus labios al verle ruborizado por la vergüenza —, sólo me pareció raro verte con sudadera. No sueles utilizarlas muy amenudo —hizo esa pequeña observación, haciendo ademán de acercarse nuevamente. USA retrocedió.

—¿Eso a ti qué te importa?

—Sólo me dio curiosidad —estando frente a frente la diferencia de estaturas hizo al norteamericano alzar la barbilla con aparente autoridad, por supuesto que Rusia no desaprovechó la oportunidad para hacer que ambas frentes chocarán al aproximarse más a su rostro —Me pareces adorable.

—Cállate —exigió Estados Unidos, apretando los labios con nerviosismo aunque su voz tenía ciertos matices de molestia —Te odio —escupió, tirando de su sudadera hacia abajo al sentir nuevamente las insistentes manos del de ushanka.

—Tambien yo —respondió, siguiendo su juego entre suaves risas que cesaron cuando anuló la distancia entre ambos al hacer que ambos labios se encontraran en un beso. Efímero, apenas un roce que dejó a ambos con ganas de más.

El más alto tomó distancia, pero USA le cogió por el cuello de la camisa para tirar de él y dar inicio a un nuevo beso, uno más prolongado y húmedo.

—No vuelvas a tocar mi estómago, ¿Entiendes, estúpido? —rompiendo la magia del momento USA soltó a Rusia y se apuro a alejarse para darle la espalda y emprender la marcha.

—¿No me dejarías ni aunque te invitara una hamburguesa?

—Eres un idiota —aborreció la broma del eslavo, pero el gruñido de su estómago delató su obvio apetito.

Rusia sonrió con suficiencia y Estados Unidos le fulminó con la mirada.

Al parecer pasarían la tarde juntos.

Chubby! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora