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Siempre he querido escribir una historia a la cual ponerle título a los capítulos.

A petición de las ideas random a media noche de mi beta.

Con mucho amor para ella.

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Cupido

1 -Una gran idea...

España juega con una pluma más concentrado en pensar en Nueva España que en su trabajo. A sus oídos había llegado la noticia de las constantes peleas entre EUA y su hijo; eso lo había llenado de tristeza pues desde que su hijo se había alejado de él ya no puede protegerlo como le gustaría. Se reclina en su asiento mordiendo la pluma pensando en cómo cuidar de su retoño sin meterse demasiado pues Nueva España seguro no apreciaría que se lo ofreciera. De pronto, una idea repentina estalla en su cabeza y se endereza abriendo la boca.

—¡Hostias, eso es! —grita riendo, restándole importancia a la mirada extrañada que le da Madrid cuando lo sobresalta con su exabrupto.

Lo que debe hacer para cuidar de Nueva España es conseguirle un novio tan o más poderoso que EUA para que lo proteja de las perversidades del hijo de Inglaterra. Se vuelve a reclinar en su asiento pensando en cual podría ser un buen candidato; debía ser alguien fuerte, pero sobre todo capaz de llevarle la contraria a EUA de ser necesario. Sonríe ampliamente cuando le llega a la mente el nombre del país perfecto para eso.

—Madrid —llama mirándolo con intensidad—, comunícame con Rusia y dile que solicito que me acompañe a un lugar mientras conversamos lo que tenemos pautado para la reunión.

Madrid lo mira como si hubiera perdido la cabeza, pero resignado hace lo que le pidió. A veces se pregunta si su padre había perdido más de un tornillo entre monarquías y guerras.

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A España le cuesta un montón ocultar la felicidad que le produce que Rusia haya aceptado acompañarlo a ver a su pequeño Nueva España en su casa sin cuestionar porque simplemente no se quedaron en su país dónde habían pactado con anterioridad. Durante el camino mientras conversaban de negocios fue colando comentarios halagadores hacia su hijo para, sutilmente, interesar al ruso en este.

Para su alegría Rusia parecía no notar aún sus intenciones, lo que hacía las cosas aún mejores pues el frío país estaría atrapado en la calidez de su hijo antes de darse cuenta de que todo fue un ardid para que estuvieran juntos. Contento con eso, al llegar a casa de Nueva España, toca la puerta con alegría.

—¡Nueva España! He venido con visitas para vos —llama, sin embargo, su hijo no aparece de inmediato gritando que dejara de llamarlo de esa forma, como siempre hacia cada vez que iba a visitarlo. —¿Nueva España?

Frunce el ceño mientras toca una y otra vez sin recibir respuesta lo que hace que se preocupe. ¿Le había pasado algo a su hijo? Barcelona le había advertido, antes de que él y Rusia se retiraran en su avión, que en los últimos días Nueva España se declaró en contingencia ambiental. ¿Acaso las cosas habían sido peores de lo que Barcelona rápidamente le resumió?

La preocupación empieza a crecer a pasos agigantados en su pecho y sin darse cuenta se encuentra golpeando la puerta con fuerza llamando por su hijo con desesperación. Aún sin respuesta, ni siquiera de alguno de los estados de su hijo que saliera a hacerlo callar, se gira hacia Rusia mirándolo desesperado. Rusia le regresa la mirada con el ceño un poco fruncido.

—¿Podrías derrumbar la puerta? —pide retrocediendo un poco.

Sin responder Rusia retrocede y patea la puerta con la fuerza suficiente para abrirla. Sin esperar un segundo más España corre dentro de la casa directo a la habitación del tricolor con Rusia siguiéndolo de cerca; al acercarse escuchan unos quejidos dolorosos provenientes de la habitación de Nueva España, cosa que para España es mucho peor pues significa que algo muy malo le pasa a su hijo.

Sin pensarlo abre la puerta agradeciendo por medio segundo que esta no tenga seguro y la empuja con fuerza entrando.

—¡Nueva España! —llama y al verlo retorciéndose en la cama se queda quieto un segundo. Parpadea varias veces y frunce un poco la nariz al percibir un desagradable olor en la habitación, como... vómito.

—Vie...viejo —logra decir Nueva España encogiéndose sobre si mismo abrazando su vientre apoyando su frente en la almohada tratando de contener una arcada—. Me estoy muriendo y ni aún así dejas de chingar con eso de Nueva España. Ya te dije que soy México.

De pronto el aire se perfuma con un olor un tanto desagradable y el tricolor oculta su rostro en la almohada, avergonzado.

—Me estoy pudriendo por dentro —se queja apretando mas sus brazos en su vientre—. Esa doña Lupita de los tacos no se lava las manos, seguro quiere matarme porque le debo lo del mes pasado... —murmura entre dientes reacomodándose.

Rusia se acerca sentándose a su lado tocando su frente cosa que hace que México suspire aliviado pues al ser un país frío, en todo el sentido de la palabra, naturalmente su piel se siente fría contra la suya un poco caliente por el esfuerzo de contener el dolor de estómago. España se queda parado por unos largos segundos antes de suspirar y sale para buscar algo conque calmar el malestar de su hijo resignado de que su gran idea haya fallado.

CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora