Cupido

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5-Bodorrio a lo grande

Luego de aceptar casarse con Rusia, México se había enfrascado con él en una discusión en ruso sobre dónde sería la boda. Bueno, España lo vio como una discusión desde su asiento sorprendido por la forma en que el ruso podía amoldarse a los gestos de su pequeño sin salir golpeado en el proceso, pero al mismo tiempo sin perder la paciencia con este. Apoyó su mentón esperando a que se decidieran y, finalmente luego de una buena media hora que se sintió como una eternidad, ambos acordaron que la boda sería realizada en el Palacio del Kremlin a cambio de que todos los hermanos de México fueran invitados.

Aunque México estuvo dudoso de dejar a su padre tomar las riendas de organizar su bodorrio la emoción de este ante la idea lo conmovió, y sobre todo le serviría de redención luego del desastre causado por su intento de ser cupido. Así pues, España se enfrascó en organizar la boda más grande de toda la historia, mucho más grande que la de Inglaterra y Francia cuando hicieron las paces por Canadá y EUA.

Así pues, entre discusiones con la ONU que se oponía rotundamente a esa unión, discusiones con México sobre como sería el banquete y convencerlo de que no, no todo debía llevar picante porque no todos sus invitados lo soportarían y discusiones con sus otros hijos que se negaban a que estuviera tanto tiempo fuera del país el día de la boda llegó. España entregó personalmente cada una de las invitaciones y personalmente le negó la entrada a EUA y a la ONU; al primero para evitar un conflicto y a la segunda por haberse opuesto a su idea desde el principio para luego venir a fingir que estaba emocionada con el evento.

Una vez todos los invitados están en su lugar España va a la habitación dónde dejó al tricolor a cargo de sus hijos para que lo vistieran. Al entrar sonríe un poco al verlo caminar de un lado al otro gesticulando furiosamente por los nervios, discutiendo con CDMX y Sinaloa sobre sabrá Dios que cosa.

—¿Estás listo? —pregunta y ríe cuando Nueva España se sobresalta mirándolo asustado.

—Virgencita Santa, ¿no sabes tocar? —Nueva España traga nerviosamente alisando su traje para luego asentir—, todito listo, ¿amonos o qué?

España le ofrece su mano para guiarlo al salón donde se realizaría el evento. Esperan fuera la señal para entrar con España acariciando sus manos para que se tranquilizara. Decide aprovechar esos pocos segundos girándose para verlo.

—Nueva... —ante la mirada de advertencia de este suspira resignado—, México, sé que no he sido el mejor padre para vos y tus hermanos, pero no olvides que te amo y siempre estaré allí para cuando me necesitéis.

—Ay Apa — los ojos de México se inundan de lágrimas y sorbe ruidosamente para contenerlas. Aprieta las manos de España agradecido—, me vas a hacer chillar antes de tiempo —dice sonriendo abrazándolo fuerte.

Cuando empieza a sonar la marcha nupcial en una mezcla de mariachi con la música tradicional de Rusia, se sueltan del abrazo y España abre la puerta empezando a caminar por la alfombra azul, roja y verde, una especie de tributo a ambos países por unirse, guiando a su hijo hasta el altar dónde Rusia los espera.

—Cuida de mi pequeño —le dice bajo al frío país con los ojos entrecerrados en una clara advertencia mientras pone la mano de Nueva España en la de Rusia para luego ocupar su asiento en primera fila.

México y Rusia se miran frente a frente y el tricolor le sonríe con calidez mientras la ceremonia comienza. Ambos ignoran lo mejor que pueden a los hermanos de México que lloran y sobren su nariz ruidosamente comentando entre ''susurros'' lo felices que estaban por ellos; incluso España se encuentra llorando y abanicando su rostro. Cuando finalmente termina y ambos se besan el salón se llena de gritos y vítores de alegría que dan paso a que los hermanos más atrevidos de México se acerquen a los recién casados para arrastrarlos al salón dónde se haría la recepción.

España los sigue sonriendo feliz por su hijo y se pasa las siguientes horas mirándolos desde lejos celebrar, tomar y comer hasta el hartazgo, que parece nunca llegar para ninguno de sus hijos que no paran de comer en todo momento.

Pletórico España decide retirarse pensando que su próxima meta será juntar a Alemania y a Venezuela, esperando que estos dos no le salieran conque también eran novios desde hace tiempo. También ruega que sus planes no terminen en desastre una vez más.