Muerte Sucia

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–ALEXANDER HAY QUE ABATIRLOS DE UNA BUENA VEZ -Grité ya aturdida y cansada.
–ACASO ESTÁS LOCA? ACABAMOS DE  TENER UN ENFRENTAMIENTO EN UNA AUTOPISTA, NOS VAN A ASESINAR, LARGUEMONOS DE ACÁ, YA TENEMOS LAS PLACAS, LOS RASTREAREMOS DE UNA VEZ -Alexander mi colega, podía tener razón... Pero no era suficiente, no para mí, ya he pasado mucho con estos desgraciados.
–LOS VOY A MATAR A TODOS TE DIJE YA
–SARA ESTÁS ENFERMA, PARA YA! -insistió Alexander - NO TE VAYAS A SALIR DE AHÍ, YA VIENEN REFUERZOS, MALDITA SEA NO!
No podía controlar la adrenalina en m sangre y poseida por la ira me levanté rápidamente y casi presionando el gatillo de mi arma, sentí como una bala rozó mi oreja, dejandome helada y haciéndome tambalear, me volví a colocar de cuclillas detrás de la Ford explorer que me cubría.

–Saldré yo Sara -sonó mi radio otra vez, que escuché con dificultad debido a los múltiples disparos de aquellos bastardos a los que juré matar uno a uno.
–QUÉ TE OCURRE A TI? MUESTRAS UNA OREJA Y YA TE VOLARON LA CABEZA, NO TIENES OPORTUNIDAD DE LLEVARTE A ALGUIEN, ESTÁS PRÁCTICAMENTE EXPUESTO -Y era así, Alexander estaba expuesto y si lograba escapar, sería por mera suerte.
–Cállate, cállate, CÁLLATE MALDITA SEA! ME LOS VOY A CARGAR A TODITOS -Alexander cargó su arma y estaba listo
–NO! SON MÍ... -No tuve que terminar de hablar hasta que empezó a disparar al aire para desviar la atención y hacer creer que no estabamos solos, eran seis y yo necesitaba evitar que este imbecil, se terminara matando a cuestas de aquellos malnacidos.
—Voy a enloquecer maldita sea, Dios, qué hago? –Hablaba conmigo misma, no sabía qué hacer, se me hizo un nudo en la, garganta y entré en trance, alguien gritaba en mi cabeza y era yo misma, atormentada gritaba dentro de mí y luego por encima de los demás ruidos escuché como Alexander se iba a levantar, tenía que evitar que una catástrofe pasara, tomé mi revolver con la última bala que me quedaba en este, lo sostuve con mis dos manos, me recoste en el caliente pavimento y le disparé a Alexander en la pantorrilla.

Alexander firmemente comenzó a disparar descontroladamente a aquellos, una bala le dio en el brazo pero esto no impidió que se detuviera, aún con más fiereza siguió disparando... No puede ser, éste está haciendo mi trabajo

–MALDITA SEA! -Los refuerzos no llegaban y ya nos la tenían jurada, salí y disparé sin cesar.
–QUÉ HACES AC... -Su grito fue cortado, como si le hubiesen arrebatado la voz, su mirada alterada se tornó a una fría, cuando en el segundo que se distrajo, una bala de un ak 47, perforó su cuello, dejandose caer sin vida, al caliente pavimento.

Se hizo un silencio y las balas comenzaron a golpear e incrustarse en la pintura de la Explorer que me protegía, recargue mi ametralladora con solo 35 balas que me sobraban, era eso o allí moriría, pero esto último no lo permitiría. Esa sensación, ese mal sabor en la boca, ese odio era el mismo, el mismo que sentí ese 24 de Junio, el mismo odio, el mismo impulso y el mismo "Voy a matarlos a todos" que dije esa noche, me invadió la cabeza en este preciso instante, lo siento vivo... Eran dos contra una flacucha casi viuda.

Bloody RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora