La familia Weasley, Hermione, Neville y Luna se encontraban sentados apretujados en la pequeña sala de la madriguera mientras un nervioso Harry Potter daba vueltas por la habitación.
- Harry, ¿Qué sucede? - Preguntaba su amiga la castaña con preocupación. Llevaba días viendo a su amigo hecho un manojo de nervios, enfermo al grado de vomitar lo poco que comía, luciendo más delgado y pálido. En los últimos días Harry apenas dejaba su habitación, sólo permitía que la señora Weasley entrase y dormía casi todo el tiempo. Lo que sea que tenía estaba afectandole demasiado, pero el saber que los había reunido a todos ahí para darles importantes noticias le decía que algo saldría de aquello.
- Me voy a casar. - Dijo dándole la espalda a quienes consideraba su familia.
-¡¿QUÉ?! - Gritaron casi todos al unísono, excepto por los señores Weasley.
- ¿Por qué? - Preguntó Ginny. El escuchar su voz dolida le dolía aún más, ella le amaba y él a ella, aunque ya no podía corresponderle. Escuchaba como todos murmuraban y respiró profundo, era la hora de la verdad. Se dio media vuelta encarandolos a todos.
- Estoy embarazado.
El silencio reinó en el lugar, estaban confundidos, lo notaba en sus semblantes pero no estaba listo para decir toda la verdad, esa sólo se la diría a sus mejores amigos.
- ¿Quién? - La pregunta vino muy bajita, incluso con temor por parte de Ron.
Todos sabían que los embarazos masculinos existían y teniendo en cuenta la descendencia de la que provenía Harry, no dudaban que sucediera, pero ¿En qué momento había comenzado una relación con un hombre cuando siempre se vio atraído por las mujeres? ¿Por qué se lo había guardado? ¿Por qué nadie sabía sobre esa relación secreta?
- Snape. - Dijo quedamente, dejando a todos con la mandíbula desencajada por la sorpresa.
- ¿Cómo...? - La pregunta de Fleur quedó en el aire, no se atrevía a terminarla aunque todos se preguntaban lo mismo, así que comenzó a relatar la historia que había estado ensayando los últimos días.
- Cuando estuve en el bosque prohibido Snape se reveló como espía de la orden ante mi. Ustedes saben que yo no confiaba en él, pero él me ayudó a recuperar mi varita y después de la batalla se preocupó por mí. - Como si fuera cierto, maldito bastardo grasiento. Pensó el chico, pero continuó su historia. - Conforme pasaron los días, estuvo al tanto de mí y comenzamos a enviarnos mensajes, cartas y... - Agachó la mirada, algo se le revolvía en el estómago y se concentraba para no vomitar, no sabía si era por los nervios o el embarazo. - Y comenzamos a vernos a escondidas.
>> Una cosa llevó a la otra y sin darnos cuenta nos enamoramos y pues... Ya saben... Estuvimos juntos y pues... Yo no sabía que esto era posible. - Unas suaves lágrimas se escaparon de sus ojos, la mentira le daba asco. - De haberlo sabido me hubiera cuidado un poco más. - Se limpió la cara y trató de sonreír. - Pero Severus y yo estamos muy emocionados por esto y hemos decidido que lo mejor es casarnos pronto y formar una vida juntos.- ¿El grasiento tiene sentimientos? - Preguntó Fred sorprendido.
-¿Sentimientos? Olvida eso. - Dijo George con una sonrisa burlona. - Yo pensaba que era virgen, no tenía ni idea de que sabía usar esa cosa.
Con un poco de humor por parte de los gemelos, el ambiente se relajó un poco, pero Ron y Hermione aún tenían sus dudas, necesitaban hablar largo y tendido con Harry, sabían que él les contaría todos los detalles.
Toda la familia se levantó a abrazar a Harry, felicitandolo por las "buenas nuevas", ofreciéndoles su apoyo y demás, todos excepto una joven pelirroja que aún se encontraba sentada en el sillón, cabizbaja, llena de rencor hacia el maldito grasiento que había sido su profesor.
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No te acerques.
FanfictionCuando Harry descubre lo que la guerra mágica le ha dejado, pierde el piso y rumbo de su vida, uniéndose a la persona más inesperada con tal de salvar el futuro de un tercero, sin darse cuenta que los traumas no lo dejarán de perseguir hasta que ace...