7.- La cena de ensayo.

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El cumpleaños número 18 de Harry pasó desapercibido. No tanto por qué la gente lo olvidara, sino porque él pidió no celebrarlo por lo que la señora Weasley sólo le preparó un pequeño pastel y una sencilla cena; la familia Weasley junto con Hagrid, Hermione, Luna y Neville estuvieron con él ese día.

Después de la cena una lechuza negra se presentó en la ventana con un paquete para Harry, a este se le revolvió el estómago al ver que era de su "futuro marido". Sólo una persona se dio cuenta de la forma tan autómata y desinteresada en que abrió el paquete para poder ver un lirio blanco preservado con magia, un libro sobre hechizos de defensa avanzados y una delgada cadena con un pedazo de onix.

"Mi querido Harry,

Espero me disculpes por no estar contigo hoy en tu cumpleaños, pero estoy tratando de adelantar la planeación de clases y pociones necesarias para el inicio de clases.

Sé que no es excusa, pero quiero tener todo listo para antes de nuestra cena de ensayo y así luego poder acomodarnos en nuestra casa, luego de la boda.

Espero te gusten los regalos que te he enviado, el lirio blanco representa la pureza que veo en ti y el collar de onix es un amuleto que te protegerá cuando necesites ayuda, así que llévalo siempre contigo.

Feliz cumpleaños Harry.

Tuyo,
Severus Snape"

- Entonces su trabajo es mucho más importante que tú. - Dijo Ginny viendo con desprecio la nota que sostenía uno de los gemelos. Ya estaba haciéndose costumbre que todo lo leyeran en voz alta. - Si te ama tanto como dice, debería haber hecho tiempo para venir a verte, no es posible que...

- Ya basta, Ginevra. - La señora Weasley observaba a su hija con los brazos cruzados desde la entrada de la cocina. - Sí Harry no tiene nada que decir al respecto, ninguno de nosotros debería. Es la vida de Harry, no nuestra.

La chica le dirigió una mirada indignada a su madre y a Harry, quién no decía nada, para luego salir molesta de la cocina mientras todos cuchicheaban sobre los regalos que el profesor había enviado.

- ¿Estás bien, Harry?

- Sí, Mione. - Respondió cuando se dio cuenta que su amiga se había sentado a su lado. - Es sólo que estoy un poco cansado. El embarazo me debilita mucho.

La chica frunció los labios y observó a su amigo de pies a cabeza.

- ¿Seguro estás bien?

- ¿Por qué no lo estaría?

- Harry - La castaña suspiró y tomó las manos de su amigo entre las suyas, dándose cuenta que no llevaba el anillo de compromiso. - Si hay algo de lo que quieras hablar, lo que sea, dímelo. Ya sea sobre el bebé, el embarazo en sí, la boda o Snape.

El chico tembló al escuchar al hombre ser nombrado, pero sonrió despreocupado, aunque más bien parecía una sonrisa de dolor.

- En serio estoy bien Mione, no tienes que preocuparte por nada. Estoy nervioso por la boda, es todo.

- Entonces, ¿Sí vas a casarte con Snape?

- Claro que sí. - Dijo nervioso quitando sus manos y levantándose de la mesa. - Voy a dormir, buenas noches Mione.

La chica lo dejó ir, pero sabía que algo no estaba bien y tenía que averiguarlo antes de la boda.

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No te acerques.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora