Capítulo 1.

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Hacía un peculiar y ligero viento que iba y venía rozando cada parte de mi piel descubierta y alborotando mi cabello suelto. Era una brisa extraña. Hacía calor, pero cuando esas pequeñas corrientes surcaban el aire de mi alrededor, me refrescaba momentáneamente. Así como la felicidad, diminutos momentos que van y vienen a su antojo. Sin control.

Salí de aquel vagón junto a mis pertenencias. Una gran nostalgia crecía en mi por cada paso que daba para llegar a la salida de la estación y volver a caminar sobre las calles de Tokio. 

En cuestión de minutos había salido de aquel edificio y me encontraba, de nuevo, en mi hogar. Pasé disfrutando de cada uno de mis pasos por mis parques favoritos, en los que me solía alejar de todos mis pensamientos, incluso un poco de mí misma.

De camino a casa me encontré a varios amigos de la infancia, y me tomé todo el tiempo del mundo para hablar con ellos sobre todos estos años. Sentí que nada había cambiado, quizás esa sea la magia de este lugar y sus habitantes. 

Me detuve unos metros antes de las paredes de aquel humilde piso. Realicé una gran respiración honda y abrí la mochila de mano. Saqué las llaves y abrí. Observé a todos y cada uno de los rincones de esa acogedora entrada. Nada había cambiado. 

Dejé mis cosas en la entrada, cerrando posteriormente la puerta cuidadosamente para no hacerle percatar de mi llegada. Abrí un pequeño y viejo armario y saqué de él mis antiguas zapatillas. Contenían polvo, pero estaba tan ansiosa por volverle a ver que no podía perder mi tiempo limpiándolo.

— ¿Mei estás ahí? — Susurró una débil voz proveniente de su cuarto. Mierda, me pilló. 

Guardé silencio y me dirigí a la puerta. La deslicé y allí estaba. Tumbado en una cama, débil.

— Sabía que eras tú. Eres la única que siempre abre ese ruidoso armario — Sonrió.

No pude pensar en otra cosa que no fuese correr hacia él y abrazarlo mientras que las lágrimas salían de mis ojos sin censura una tras otra deslizándose lentamente sobre mis mejillas. Y así lo hice.

— Te extrañé tanto papá... Cada segundo de cada minuto del día pensaba en la falta que me hacías, y en si estabas bien o no. Siento no haber podido responder a tus cartas, pero leí cada una de ellas y las guardaba en lo más profundo de mi ser — Solté.

Él se limitó a guardar uno de sus silencios y sonreír con esa tranquila y amable sonrisa.

— Por eso seguía escribiéndote. 

El día transcurrió calmado. Le conté sobre mi estancia en Inglaterra y mis estudios allí. Vine aquí para convertirme en una de las mejores químicas de todo Japón.

Él siempre quiso que siguiese sus pasos y me convirtiera en el símbolo de la paz, tal y como él hizo. Pero, papá, seamos sinceros, no estoy hecha para eso. 

En cuanto cumplí los 4 años y todos mis compañeros del colegio comenzaron a desarrollar todas sus particularidades, mamá empezó a examinarme y hacerme practicar y practicar sin descanso. En esos momentos sólo encontraba refugio y seguridad en los libros. Ella nos abandonó, a papá y a mi al darse cuenta de que yo no tenía particularidad.

Papá tuvo que renunciar a ser el símbolo de la paz con tal de cuidarme a mi, y nombró como nuevo símbolo a un pequeño amigo de la familia que siempre le había ayudado en los momentos difíciles. Él no tenía particularidad y papá se la cedió para que pudiese llegar a ser lo que es ahora All Might.

Desde que se deshizo de su quirk, no hizo más que empeorar y empeorar. Hasta este momento. En el que se debate entre la vida y la muerte por culpa de un dichoso cáncer.

Es por esto que odio a los héroes y sus particularidades. Mi padre está así por su estúpido afán de pensar que puede salvar a todo el mundo gracias a sus poderes. A veces desearía que ese pequeño experimento nunca se hubiese llevado a cabo y que no existiesen ninguno de los héroes. Así mi madre no nos hubiese abandonado. Así papá podría estar como solía estar. Así yo dejaría de sentirme culpable por el simple hecho de no ser como los demás, a pesar de que mis dos progenitores eran los más amados  y poderosos, lo que causaba que todos esperaban que yo fuese la mezcla perfecta. Pero no.

Supongo que a parte de mi familia, he decepcionado al mundo.

It had to be a hero || Todoroki ShoutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora