Al otro lado

¿Quién eres?

Gente que andaba por las calles del otro lado, despacio, algunos corriendo. Con sus amigos, familiares, paseando a sus queridos animalitos. Entrando y saliendo de los edificios, de casas enormes, de grandes empresas o de pequeños comercios que apenas inician.

Y allí estabas tú, mirando al lado de la ciudad al cual no perteneces. Tú, el mismo chico de siempre. El que venía a pasear por delante de mi "mundo" cada día después de salir de la escuela. El que se quedaba mirándome fijamente apoyado en la pared del edificio lujoso que habá a unos metros de distancia de donde estaba yo. Yo, como siempre, volteaba la mirada para verte. En el momento en que nuestras miradas se cruzaban, tú no te molestabas en mirar a otro lado. Nos mirábamos fijamente durante un largo tiempo. Me preguntaba quién serías, no dejabas de observarme. Nunca nadie había tenido interés en mí, por lo que no comprendía que alguien me mirase tanto. Conseguiste llamar mi atención, ahora no te me quitarías de encima fácilmente.

El tiempo había pasado como si de segundos se tratase. Casi ya no había gente por las calles. El Sol se ponía justo detrás de mí, iluminando aún más el rostro de ese chico. En un movimiento repentino vi que el chico sacaba un pequeño papel doblado de su mochila. Miró a los lados para ver si alguien lo veía y cuando nadie miraba tiró el papel en mi dirección.
El papel cayó bastante cerca de mí, pero tuve que levantarme un momento para recogerlo y volver al sitio donde estaba hacía unos segundos. Desdoblé el papelito y vi que había unas letras en él. Miré el papel con cara rara y luego miré al chico de nuevo.

—¿Que se supone que es esto? ¿Acaso piensas que se leer?— Dije casi gritando, algo enojado.

Realmente no sabía leer, nunca había ido a la escuela, en mi ciudad no había de eso. El chico parecía bastante sorprendido de oír eso. Debía ser algo muy raro para un civilizado ver a alguien que no sabía leer.