—¡no soy una niña!— grito furiosamente la chica.
—como sea..—
Este se levantó y se dirigió al lado contrario
— ¡espera! ¡Tu puedes ayudarme!—
—...— el mayor no tenia tiempo de estupideces.
—por favor..—
El paro su caminar y giró su cabeza para sostener la mirada de la chica, está en su mirada cargaba determinación la cual el zorro le recordó a su amada.
—no me interesa..—
—antes ella no te interesaba y mira como esta...—
El zorro se dirigió rápidamente a la chica, su rápido moviendo no pudo ser visto por ella.
Este estaba atrás de ella cerca de su oreja, el sabia de quien se refería y eso lo hacía curiosear, a la vez molestar.
— ¿quien eres y cómo sabés de ella?—
La pelirroja día un salto alejándose del chico
—¡soy la bruja Rumi!— dijo esta mirando fijamente al zorro — ¡y te ordeno que me ayude con mi búsqueda!.—
—...— "una maga" decía interiormente el chico.
Este siguió caminando despreocupadamente, haciéndose más lejano para vista de la chica
— maldito...— dijo para seguir en su búsqueda, hasta que-.
Un grito desgarrador llegó a los oídos del chico haciéndolo voltear y correr a ese lugar encontrándose a la "bruja" en una gran gota llena de agua
—esta pequeña insolente es tuy..— el monstruo no pudo seguir hablando por el gran corte que le dio el joven, dejándolo sin vida.
La gran bestia antes de dar el último suspiro rasguño al peli plateado, provocando una gran herida.
—¡demonios! ¡¿Estas bien?!— con ayuda de su poca magia, pudo hablar dentro de la gota .
—si solo fue un rasguño...—
La gran bola de agua desapareció dejado a la joven libre.
—déjame tratarl...— corrió hacia zorro pero el "rasguño" que el chico tenía había desaparecido.
—no te preocupes..— le respondió — y ahora que estoy aquí y no tengo nada importante que hacer te ayudare...—
—¿¡enserio!?
—¿esta es la planta?.— dijo señalando una pequeña plantas celestes
—¡si gracias!.— le contesto alegre y emocionada, corto una de ellas y las guardó en su bolso - ¿me acompañas por favor?.-
¿Por que se parece tanto a ella.?
— esta bien.—
empezaron a correr dirigiéndose a la dirección donde la chica le dijo que era su casa
Esta estaba destruida..
—¡quien hizo esto!..— la diminuta joven sentía, que cada parte de su cuerpo se derrite de lamentos.
La chica cayó de rodillas enfrente de la destruida casa, sus ojos ya no podían resistir llorar.
—los caballeros sagrados..—
